"Niños y jóvenes pobres confinados en guetos, en los suburbios de ciudades norteamericanas, sin salidas ni futuro, abandonados por su país: ahí nació el movimiento hip-hop", explicó César Frey en la charla titulada "Historia del graffiti y del hip-hop" organizada por la Asociación Cultural "Camín de Mieres" con la colaboración del Ayuntamiento de Mieres y el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas. Abrió el acto Mar Montero, presidenta de la asociación promotora, que anunció el comienzo de las actividades de "Camín de Mieres" tras el parón estival. Por su parte, César Frey, conocido también como "El Séptimo Crío", comenzó la disertación manifestando su desinterés en hablar de su propia historia, enfocando su intervención hacia el nacimiento, las raíces, la filosofía y el contenido del hip-hop, nacido a finales de los años sesenta en Estados Unidos como reacción frente a la desigualdad social. "Es la única cultura urbana superviviente, activa y cada vez más fuerte, pues se sostiene sobre el principio de la unión", señaló Frey que, por medio de videos, fue mostrando los orígenes y motivaciones de un movimiento que, tras una etapa caracterizada por la violencia de las bandas callejeras, evolucionó de forma pacífica hacia la creación y expresión cultural, sobre los pilares del break dance, el rap, el graffiti y los disc jockeys o djs.

"En el mundo del hip-hop no hay discriminaciones, ni separaciones entre unos y otros", dijo el ponente en relación a la participación en competiciones, también denominadas batallas, de baile, música y graffiti. "Porque si algo caracteriza a este movimiento cultural es la competitividad, la lucha por destacar, sin importar género, raza o condición", añadió. "La filosofía del rap es el compromiso en la defensa del desfavorecido y el ataque al poderoso; por eso molesta tanto que, incluso, lleva a los raperos a la cárcel por expresarse en libertad", denunció Frey.

Asimismo, "El Séptimo Crío", hizo ver a los presente las dificultades del graffiti. "La vida del graffitero acaba agotando, quemando: es semiclandestinidad, noches pintado en tensión, bajo la presión de que te descubran", relató, sin dejar de reconocer que es una actividad delictiva que choca contra una mayoría social. "Pero la escuela del graffiti no está en los colegios ni en las galerías y museos: está en la calle, en las paredes en las que el graffitero estampa su firma, donde se halla su raíz", señaló Frey, que ilustró la evolución de esta manifestación artística a lo largo del tiempo, en la que el desarrollo tecnológico de los sprays de pintura ha favorecido la aparición de estilos cada vez más complejos y depurados. "La fórmula del hip-hop es la suma de deporte, en forma de baile, arte en forma de graffiti y cultura expresada como música. Una fórmula con la que se consiguió sacar a niños y jóvenes de las bandas callejeras y que proporciona salidas", remarcó el reconocido graffitero establecido en Mieres, que sitúa la irrupción del hip-hop en España en septiembre de 1985, como consecuencia de la aparición del grupo "Break Machine" en el programa de televisión "Un, dos, tres, responda otra vez". "Aquella actuación fue el detonante", aseveró Frey, que se muestra "harto de los ídolos que marcamos a los niños como referentes" y que manifiesta su extrañeza por la escasa presencia femenina en este movimiento. "Quizá sea por el carácter tan competitivo de esta cultura, que puede llegar a resultar dura", señaló. "Mientras haya problemas sociales seguirá habiendo expresión en forma de graffitis y rap, por mucho que no guste a los gobiernos, para los que sólo significamos delincuencia", finalizó César Frey.