El Principado estudiará el cambio de vivienda de protección para Faith Esahiagbe, la joven nigeriana que vive en Figaredo y ha denunciado a su vecina por "acoso racista". Aunque la Consejería de Servicios y Derechos Sociales ha evitado hacer declaraciones sobre este caso concreto, sí es cierto que las bases de adjudicación de pisos protegidos en Asturias recogen los "problemas de convivencia" como uno de los baremos para trasladar a una familia. Faith vive con su hijo y, según ha denunciado en la Guardia Civil, viven "un infierno" de insultos y amenazas. Desde el Ayuntamiento han condenado este "hecho puntual" y han apelado al carácter "abierto" de las Cuencas: "Somos un territorio que conoce bien los movimientos migratorios".

El caso de Faith, apuntan los responsables municipales, se puede considerar una excepción a la norma. Pero los colectivos pro inmigrantes de las Cuencas afirman que es una excepción cada vez más frecuente. "Hay más racismo, especialmente desde el inicio de la crisis, y afecta en mayor medida a las mujeres", aseguró Gladys Nieves, presidenta de la Asociación "Las Golondrinas" de Mieres. Insultos, comentarios vejatorios y problemas de integración que afectan en mayor medida a mujeres que visten velo o con la piel oscura.

Como Faith Esahiagbe, piel negra y ojos cansados de tanto pelear. Llegó a España engañada por la mafia de la prostitución. "Un hombre bueno" la ayudó a salir del club en el que trabajaba, y donde llegaron a apuñalarle un muslo para que no escapara: "Desde entonces, no he tenido paz". Parecía que el camino se volvía bueno cuando le asignaron un piso de protección oficial en Figaredo. Pero pronto comenzó el conflicto con su vecina.

"Al principio venía a pedirme azúcar, sal o cigarros. Todo se estropeó cuando le dije que no podía ayudarla, que no tenía dinero", asegura Faith. Empezaron entonces los insultos: "Me llama puta, negra, sucia sudaca. Tengo mucho miedo por mi niño", explica la joven, con las manos temblorosas. Afirma que algunos vecinos lo han presenciado, pero oficialmente no tiene testigos: "Ellos no se atreverían a decir nada, por miedo a ella". Ella cree que la única solución ahora es que la trasladen a otra casa: "Quiero estar lejos de ella".

La Consejería de Servicios y Derechos Sociales, atendiendo a la sensibilidad de estos casos, afirmó ayer que no puede hacer declaraciones. Faith ha recurrido al área regional y que su caso podría estar ya en estudio, atendiendo a las bases de adjudicación de pisos. Eso sí, hasta el momento, la mujer no ha recibido ninguna contestación : "Espero que no tarden mucho, porque ni el niño ni yo podemos dormir tranquilos".

El Ayuntamiento ha sido rotundo. Los responsables del gobierno local (IU) condenó ayer "cualquier violencia y discriminación racista". Afirman que no tienen conocimiento del caso, aunque Faith afirma que acudió a la oficina municipal: "No me quedan más puertas a las que llamar", lamenta.