Todas las historias de Astérix comienzan igual: mostrando en el mapa, con una gran lupa, al único pueblo de la Galia que resiste al invasor romano. Esta podría ser también la historia de las tres únicas minas de carbón de España que siguen extrayendo mineral más allá del 31 de diciembre de 2018. Se trata de Nicolasa, propiedad de Hunosa, en Asturias; el cielo abierto de Ariño, de Samca, en Teruel; y mina La Escondida, de Hijos de Baldomero García, en León. Hay además una cuarta en tramitación, también en Asturias, en Ibias. El proyecto lo impulsa Carbones La Vega, y pretende sacar carbón "premium", antracita de alto poder calorífico. El último día del año pasado parecía ser el del fin del carbón, pero de momento, no ha sido así. Estas son las minas que resisten.
Nicolasa. Es el pozo donde Hunosa concentrará su producción de "combustible", como lo llaman los mineros. El mineral que se saque de la explotación de Ablaña (Mieres) se utilizará para generar energía en la central térmica de La Pereda, en el mismo concejo. El millar de empleados con el que cuenta Hunosa (997, exactamente), a los que hay que añadir otros trescientos aproximadamente de subcontratas, trabajarán en los próximos años, y esencialmente, en este pozo, la térmica y el lavadero de carbón de El Batán. Parte de la plantilla -está aún por decidir cuantos- irán desmantelando los pozos Carrio (Laviana) y Santiago (Aller), cuya actividad extractiva sí que cesó definitivamente a final de año. Los mineros, mientras, siguen trabajando, bien sacando carbón, como siempre, en Nicolasa, bien iniciando las labores de "postminería" en los otros dos pozos.
La Escondida. En León, una empresa se resiste a dejar de sacar carbón. Es Hijos de Baldomero García, propiedad de Manuel Lamelas. Este mismo día 2 de enero el empresario dejó claras sus intenciones. De momento, sigue abierta la mina La Escondida. En función de cómo deba devolver las ayudas recibidas -una condición que la UE ponía como imprescindible para que las empresas que habían logrado ser competitivas siguiesen en 2019-, actuará de una forma u otra. Si se dan facilidades para hacer pagos por plazos, mina La Escondida seguirá abierta. Si no, cerrará. Eso sí, abriría una nueva explotación, en la misma zona, mina Paulina. De esta forma, y si logra los permisos pertinentes, podría "esquivar" la normativa europea. La mina que recibió subvenciones cerraría, pero abriría otra nueva. En todo caso, en León se seguiría sacando carbón. Con el futuro de las térmicas muy negro, su objetivo es vender el carbón a otros sectores económicos, como cementeras, o en otros mercados, como Marruecos.
Ariño. En Aragón, en la mina a cielo abierto de Ariño, Samca produce desde hace años la mayor parte del carbón español. Este grupo empresarial, que también tiene intereses en energías renovables, ya ha anunciado que devolverá 7 millones de euros recibidos en ayudas para seguir adelante con su actividad. De esta forma, cumplirá con la normativa de la UE. El clima laboral, eso sí, no es el mejor posible. Tras las prejubilaciones, únicamente 35 de los 60 trabajadores de Samca seguirían en plantilla, y de la mayor parte de las labores de extracción se harían cargo las subcontratas (alrededor de 70 empleados en la actualidad).
En la reciente reunión mantenida por los presidentes de Asturias, Javier Fernández; Aragón, Javier Lambán, y Castilla y León, Juan Vicente Herrera, con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se trató, entre otros asuntos, la devolución de las subvenciones recibidas por parte de las empresas que habían logrado ser competitivas y querían seguir produciendo. Al respecto, el secretario de Estado de Energía, José Domínguez, señaló que se están "explorando mecanismos" que permitan "flexibilizar" estas devoluciones.
Ibias. A estas tres minas de carbón que aguantan se podría añadir una cuarta. La leonesa Carbones La Vega ha presentado al Principado un proyecto para la explotación subterránea de antracita en Mina Miura, en Tormaleo (Ibias). Una investigación cifra en 230.000 toneladas la antracita de alta calidad existente en la zona. Un carbón "premium", de alto poder calorífico, ideal para utilizar en acerías, hornos eléctricos, fabricación de baterías o incluso para la exportación. El proyecto contempla una plantilla de 30 trabajadores. La aceptación del proyecto pasaría por hallar mercados distintos al de la producción eléctrica, para así no devolver las ayudas que recibió la explotación en los últimos años. También habría que sofocar el incendio que paró la extracción de carbón durante el año pasado.
