Invertir en infraestructuras verde, es decir, utilizar soluciones basadas en la naturaleza para gestionar el agua de lluvia, habría ahorrado miles de euros a la administración durante las inundaciones que asolaron a la región durante el pasado mes de enero. Así lo confirmó ayer en Mieres, Pedro Losa, director de SUDS Atlantis, que ofreció ayer una conferencia en el Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot), con sede en el campus de Mieres.
"Hay que insistir sobre la necesidad de dotar a las urbes de una nueva piel permeable y viva, ya que actualmente tienen una superficie inerte e impermeable, que está provocando muchos problemas", destacó el experto. Y es que al desaparecer la cobertura vegetal "perdemos capacidad de que la vegetación filtre, y cuando llueve esa impermeabilización del suelo provoca la fractura del ciclo hidrológico natural". Esto acaba, como apuntó Losa, con graves consecuencias como inundaciones que, además "cada vez son más graves".
Sin embargo, España va un poco a remolque en estas técnicas, que se llevan aplicando desde hace años en otros países de Europa, en EE UU o Australia, por citar algunos. "Hay preocupación por cumplir la normativa europea y porque los problemas cada vez son más evidentes", resaltó el experto, asegurando que "están cambiando los patrones de lluvia, llueve menos veces pero más intensamente y se está produciendo aumento de la escorrentía".
Las inundaciones del pasado mes de enero han supuesto costosas inversiones para reparar los desperfectos ocasionados. Sólo en Mieres, se cifraron en un millón de euros. "Si se aplicasen más estas técnicas, el gasto hubiese sido mucho menor, la inacción es muchísimo más cara que la acción, el coste económico cada vez es más grande y por eso hay que reaccionar", subrayó.
