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Lena revive el terrible vuelco de un autocar de scouts en 2006, con cuatro muertos

Ambos desgraciados accidentes han teñido de fatalidad dos - curvas sin aparente peligro separadas por apenas un kilómetro

La temeraria impudencia del joven R. S. segó su propia vida y la de Pepe Fernández en medio de la curva situada a la altura de la gasolinera de Egocheaga, muy cerca de Villallana. Siguiendo la autovía (A-66) en dirección a Mieres, apenas tres giros después, los usuarios de la vía se encuentran con otra curva fatídica. El 17 de abril de 2006 volcó en este punto el autocar de una excursión de scouts, causando la muerte de dos niños y dos monitoras.

Las dos tragedias están distanciadas 13 años en el tiempo, pero casi coinciden en el espacio. Alrededor de un kilómetro de distancia separa ambas curvas, dos giros abiertos, con buena visibilidad y sin ninguna dificultad para la conducción. Aún así, este tramo de autovía arrastra una funesta carga emocional para muchas familias. Con sus notables diferencias. Ambos accidentes mortales comparten un peso de fatalidad e infortunio. En el caso del vuelco del autobús, en el juicio posterior se determinó que el chófer "conducía de forma distraída y sin prestar la atención necesaria a la circulación". Éste terminaría en prisión en 2014 tras solicitar sin éxito un indulto al Gobierno central. El siniestro estremeció a toda Asturias. Más concreto, el accidente tiñó de negro la parroquia gijonesa de Pumarín, de donde eran los niños. Tres de las víctimas, de 6,12 y 18 años, murieron en el acto y la cuarta, una mujer de 30 años, pereció tras ser trasladada al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

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