El semillero de empresas de Valnalón sigue dando frutos. El servicio de la ciudad tecnológica langreana, orientado a la promoción emprendedora y a la generación de actividad mediante el autoempleo, ayudó a crear el pasado año 37 nuevas empresas, con un total de 46 trabajadores. Esta cifra incluye principalmente a los propios promotores de las iniciativas, Desde que se puso en marcha el semillero, en 1992, ya son 817 las compañías que han abierto sus puertas para emplear a un total de 1.081 personas, según los datos que maneja Valnalón, entidad dependiente del Gobierno del Principado.
La incubadora de proyectos de Valnalón es el eslabón intermedio de la cadena de emprendedores de la entidad. Tras el trabajo de promoción realizado en las etapas educativas, este instrumento sirve para dar un asesoramiento efectivo a los potenciales el empresarios. El emprendedor llega al semillero con una idea, que madura con el apoyo de los técnicos, que ejercen como tutores de esa iniciativa, y se elabora un plan de viabilidad para saber si ese proyecto es viable. Posteriormente, si la idea fructifica, el empresario puede busca su propios espacio físico aunque también tiene la oportunidad de optar al alquiler de las oficinas y naves con las que cuenta Valnalón.
Los datos globales de la memoria de actividad del semillero del pasado año arrojan que, junto a las 37 empresas creadas y 46 empleos generados, se desarrollaron 1.212 sesiones tutorizadas en las que se asesoró a 203 personas que trabajaron sobre 144 proyectos. En el acumulado global de los últimos 26 años, las sesiones programadas ascienden a 21.043. En ellas se analizaron 2.482 proyectos y se prestó asesoramiento a 5.169 personas.
Desde Valnalón se hace hincapié en que la clave del proceso es "apoyar a todas las personas emprendedoras que quieren analizar la viabilidad de su idea empresarial", mediante una metodología propia basada en el "desarrollo de competencias emprendedoras y análisis del modelo de negocio", a través del denominado "carné para emprender". En concreto, se configura un itinerario del emprendedor que se estructura en tres etapas. La primera de ellas se centra en la creación de la empresa. Este es el momento en el que se analiza cada proyecto, a través de tutorías grupales e individuales, con "sesiones periódicas a través de las cuales se analizan todas las fases del plan de empresa, como el análisis del mercado, el modelo de negocio, la propuesta de valor, diferenciación del producto o servicio, el plan de marketing, el plan económico y financiero".
Formación
Toda esta parte se complementa con una oferta formativa centrada en cuestiones empresariales. Hay que tener en cuenta que los emprendedores que llegan al semillero proceden de campos muy diversos. Algunos de ellos son estudiantes, parados o trabajadores por cuenta ajena que no han tenido contacto previamente con todo lo que supone montar una empresa. En esta etapa se ofrece formación empresarial a través de "talleres y actividades formativas que apoyan el trabajo en competencias emprendedoras e involucran a empresas expertas en áreas fundamentales de gestión empresarial". Las actividades formativas se programan por semestres.
Desde Valnalón también se realiza una importante labor dando difusión a los mejores proyectos que salen cada año del semillero. "Mediante estos galardones ponemos en valor y premiamos el trabajo desarrollado por las personas emprendedoras en el semillero, además incrementamos la visibilidad de sus proyectos e impulsamos su trabajo como referentes", indicaron desde la entidad. Por último, a través de la plataforma Valnaloncrea se hace un seguimiento de resultados.
