La caída de la natalidad cada año es más acusada en las Cuencas. Fuentes sanitarias del Nalón tildaron los datos actuales de "dramáticos": en el hospital Valle del Nalón (Riaño), esperan alcanzar los 250 partos a finales de año, casi la mitad que hace una década (500 partos en 2009). La cuenca del Caudal parece resistir mejor y, actualmente, el hospital Álvarez-Buylla (Santullano, Mieres) lleva ya 239 partos. Esperan igualar el balance del año pasado. Son datos oficiales ofrecidos a unos días de que comience la Semana Internacional de la Lactancia, con actos programados en las dos áreas sanitarias.
El hospital Álvarez-Buylla alcanzó, el año pasado, los 325 nacimientos. La semana pasada, el ejemplo más próximo, dieron a luz en el centro de Mieres cinco mujeres. No es una cifra estable y se compensa con otras semanas en las que hay días con hasta tres partos. La media, según el personal sanitario del centro, es de un parto al día. Además, reciben a mamás de otras zonas de Asturias. Concretamente, cerca del veinte por ciento de las mujeres que dan a luz en Mieres no corresponden al área sanitaria del Caudal.
Mínimo histórico
El hospital Valle del Nalón tiene la previsión de llegar a 250 alumbramientos. El año pasado, el centro sanitario cabecera del Nalón ya había registrado una de sus cifras más bajas, con 308 partos. Hay que remontarse hasta el año 2002, cuando se registraron 228 alumbramientos, para encontrar una cifra más baja. Y hay que tener en cuenta que, en aquella época, muchas mujeres decidían trasladarse a otros hospitales a dar a luz porque el Valle del Nalón aún no ofrecía la anestesia epidural. Hoy en día es un centro de referencia acreditado con la Joint Commission, un galardón que valora distintos aspectos de la asistencia y las instalaciones.
Aunque más acusada en las Cuencas, la caída de la natalidad es una tendencia generalizada en la región. Durante 2018, Asturias registró 13.234 fallecimientos. Las defunciones fueron más del doble que los nacimientos contabilizados: un mínimo histórico de 5.731. Fue el cuarto año seguido en el que el número de defunciones superaron en más del doble a los nacimientos en Asturias.
