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El fuego se saldó con trece heridos, la mayoría leves

La mujer quemada en el incendio de Mieres tenía amenazados a sus vecinos

Al menos cuatro denuncias pesaban sobre M. F. L. y la Policía ya había hecho un atestado ante el Juzgado avisando de su elevada peligrosidad

La mujer quemada en el incendio de Mieres tenía amenazados a sus vecinos

Los habitantes del número 2 de la calle Ramón Pérez de Ayala de Mieres llevaban desde el pasado mes de enero "sufriendo" a la vecina del tercero, que los tenía amenazados. M. F. L., de 44 años y natural de Aller, residía en el inmueble desde hace unos cinco años. Tenía problemas con la bebida "pero no nos preocupó hasta hace unos meses", aseguraba ayer una vecina. En la madrugada del miércoles se originó un incendio en su piso que afectó a otras dos viviendas más. En total, trece heridos, doce de ellos leves por intoxicación de humo, y uno grave, la citada mujer, que tuvo que ser traslada al Hospital Central Universitario de Asturias (HUCA) en Oviedo con quemaduras de segundo grado en el 40% de su cuerpo. "Sabía que iba a ocurrir algo grave y al final pasó", comentó otra vecina.

El incendio se produjo alrededor de la una de la mañana. "No me había ido todavía a la cama y empecé a oler a quemado, cuando abrí la puerta, el humo se metió en casa", aseguraba ayer uno de los afectados que residía en las plantas superiores. Él, al igual que el resto de los vecinos de los pisos superiores, no pudieron salir de casa hasta que los bomberos se lo permitieron. "Tuvimos que abrir las ventanas e ir de una a otra para respirar", explicaba. Los vecinos de la zona inferior sólo escucharon voces al principio. "Oía a alguien decir, '¡socorro, socorro!', y era ella desde su casa", afirmaba ayer una de las habitantes del primero, que llegó a ver cómo bajaron a la mujer desde su piso a la ambulancia. "Tenía toda la cara negra y, al parecer, se desmayó cuando llegó a la calle, estuvieron reanimándola durante mucho tiempo hasta que se la llevaron al hospital". El resto de heridos leves, entre ellos dos bomberos, fueron trasladados al hospital Álvarez Buylla de Mieres por intoxicación de humo. La mayoría obtuvo el alta a lo largo de la mañana de ayer, aunque algunos no pudieron volver a sus casas, dado el estado de éstas.

Nada se conoce sobre las causas del incendio, algunos vecinos elucubraron con la posibilidad de que hubiese sido alguna vela o un cigarro "porque tenía cortada la luz". Sin embargo, desde la compañía eléctrica Viesgo confirmaron ayer que el piso sí tenía electricidad. Aún así, a casi nadie le extrañó ayer lo ocurrido. "Cada poco llamaba a la policía diciendo que se iba a suicidar", afirmaba una vecina, señalando que "ya le hemos puestos como cuatro denuncias en lo que va de año". Denuncias por las que la Policía Nacional había iniciado un atestado que trasladó más tarde al juzgado dando cuenta de la peligrosidad que suponía esta mujer para los vecinos.

"Tiró disolvente a una vecina, a otra le echó silicona en la cerradura, también puso caca de su perro en los felpudos y en otra ocasión los retiró todos sacándolos del portal", afirmó otra vecina, enumerando algunas de las situaciones vividas durante el presente año con esta mujer. Ahora, a pesar de lo ocurrido, esperan que el propietario de la vivienda no permita su vuelta y terminar así el calvario vivido durante once meses.

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