Los vecinos ya han puesto sobre la mesa las primeras propuestas para dar uso al monte Raigosu: una fábrica de pellets y cooperativas vinculadas a la actividad hortofrutícola, tanto de producción como de transformación. La junta gestora del monte del Raigosu -recientemente creada por vecinos de Laviana con el objetivo de que sean los propios habitantes de la zona los que puedan gestionar este espacio- reclaman la implicación de las administraciones públicas y de empresas como Hunosa o Iberdrola para apoyar económicamente estas iniciativas.
La zona afectada incluye una extensión de 2.022 hectáreas que incluye zonas de las parroquias de Llorío, Entralgo, Villoria y Tolivia. Jerónimo González, presidente de la junta gestora, insistió en que en el Raigosu hay potencial para crear "más de 2.000 puestos de trabajo estables" con iniciativas turísticas, cinegéticas, de pesca, ganaderas, agrícolas, madereras o incluso energéticas: "Una fábrica de pellets tendría mucho potencial por la riqueza forestal de la zona y también se podría buscar un aprovechamiento hortofrutícola, a través de cooperativas vecinales", argumentó González.
Ordenar recursos
"En los valles mineros existen grandes posibilidades de crear empleo fijo y estable, ordenando los recursos que nos quedan", señaló González, que pidió la implicación de las administraciones públicas y de las grandes empresas de la zona. "Hunosa no se puede marchar de rositas y dejar los valles llenos de socavones y escombreras; eso requiere una firme responsabilidad política y puestos de trabajo para repararlo. También Iberdrola tiene mucho que aportar a estos valles".
Más de una veintena de comunidades vecinales de la región están tramitando actualmente reclamaciones ante el Principado para obtener la titularidad y el derecho a explotar otros tantos montes, que tienen la catalogación de utilidad pública. Todos estos colectivos están asociados en torno a la Coordinadora de Montes Vecinales en Mano Común de Asturias, que reclamó con éxito la constitución de un jurado de clasificación para analizar sus peticiones. Los vecinos entienden que se atendería así una demanda "histórica" que contribuiría a frenar el despoblamiento de la zona rural y generar riqueza.
