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La piscina Manuel Llaneza se ahoga: regulación de empleo y bajas de usuarias

La entidad afronta un ERTE para sortear el cierre: "Nuestra prioridad ha sido mantener el empleo evitando los despidos"

Las instalaciones del gimnasio de la piscina Manuel Llaneza.

El club Manuel Llaneza de Mieres ha iniciado la tramitación de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que afectará a 4 de sus 18 trabajadores. La medida viene motivada por la difícil situación económica que atraviesa la piscina climatizada, que el año pasado cerró el ejercicio con cerca de 30.000 euros de déficit. Con todo, el personal afectado no ve justa la medida. Decenas de usuarias de gimnasia y pilates se han dado de baja en apoyo a las dos monitoras que imparten estas actividades, ambas afectadas por el ERTE .

Alrededor de 80 personas se han dado de baja de las citadas clases en solidaridad con las trabajadoras: "Nosotras vamos a las actividades porque estamos encantadas con ellas y valoramos su profesionalidad y buen trato por encima del penoso estado de las instalaciones", explicaron ayer varias de las alumnas que se han borrado. Las monitoras están muy molestas y sienten que la entidad las está tratando injustamente. "Se nos regulará seis meses alternativamente a cada una y se nos pide que sigamos impartiendo las clases como hasta ahora", explica Maite López, una de las trabajadoras.

Las monitoras sostienen que vienen haciendo esfuerzos para garantizar la viabilidad económica de la entidad desde hace diez años, como renunciar a 2 de las 16 pagas anuales que tenía el personal. "Hemos hecho muchos sacrificios renunciando a derechos laborales. La empresa debería hacer examen de conciencia. A nadie le gusta, y menos a nosotras, que un sitio emblemático situado en el medio de Mieres pase por dificultades, pero es que no se ha tomado ningún tipo de medida en diez años para mejorar las instalaciones y captar abonados. Y ahora se aplica la reforma laboral".

Las monitoras afectadas por el ERTE aseguran que la calidad del servicio que prestan es "imposible" mantenerlo con una persona sola trabajando. Consideran que el ajuste de personal se podía haber realizado "de manera más equitativa".

La postura de la cúpula del complejo deportivo es totalmente diferente a la de las trabajadoras. "La prioridad ha sido evitar despidos y se ha regulado al único personal posible para mantener el grueso de los servicios". La dirección subraya que se ha tomado la decisión "menos dolorosa". De no ser así, las céntricas instalaciones deportivas podrían verse abocadas al cierre "en el plazo de seis meses".

"Hay que tener en cuenta que de esta empresa dependen 18 familias y que se trata de una entidad sin ánimo de lucro. Aquí no hay intereses económicos detrás de las decisiones", señalan desde el centro.

Los responsables de la peculiar entidad deportiva, dependiente del SOMA, subrayan que a lo largo de este siglo vienen perdiendo muchos socios, "al mismo ritmo que la caída demográfica". Afirman que han intentado hacer entender a los trabajadores afectadas la necesidad de la medida: "Organizativamente no había otra alternativa. Nuestra intención es poder normalizar el funcionamiento de la plantilla en unos pocos meses, ya que es muy probable que se produzcan dos jubilaciones este año y de esta forma equilibraríamos los costes". De todos modos, la monitora que permanecerá activa tendrá únicamente 23 horas y media semanales de clases. "Ni mucho menos hay sobrecarga".

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