Carlos Cortijo es el fundador de Genetracer Biotech, una firma cántabra que ha desarrollado un sistema de control del coronavirus a través de una plataforma llamada Covidstat. Esta aplicación busca detectar casos entre los trabajadores de las empresas y frenar la propagación del virus. El Centro de Encuentros y Creatividad de El Entrego es la primera entidad de Asturias que ha incorporado el plan.
- ¿Cómo surgió la iniciativa?
-Somos una empresa de medicina de precisión. Un laboratorio de diagnóstico genético que estaba centrado en diagnóstico precoz de cáncer. Cuando llegó el covid las empresas con las que trabajábamos nos llamaron para ver cómo podíamos ayudar. Decidimos aplicar nuestros conocimientos sanitarios y tecnológicos.
- ¿Cómo funciona?
-Covidstat es una plataforma tecnológica que funciona como una solución integral frente al covid. Sería como un SAP (sistema de gestión empresarial) que integra enfermería, prescripción médica, laboratorio, al usuario y a la institución o empresa de la que depende. Por ir por niveles, el empresario ve un informe que dice si el trabajador es apto o no, si tiene covid o no; el responsable de riesgos laborales y salud ve el estudio epidemiológico y las pruebas porque es quien tiene que tener esos datos para hacerse responsable de la salud del usuario; y el propio usuario ve la información sobre su estado. Coge la aplicación, se la baja, rellena un estudio epidemiológico con una serie de preguntas sobre sus contactos habituales y demás. Después se hace sus pruebas de serología y de PCR.
- ¿Cuál es el siguiente paso?
-Con todo eso tienes tu estatus. Y te va a decir si eres inmune o si no lo eres y, en ese caso, que hay riesgo de contagiar o contagiarte. A través de un código QR tienes la información de los últimos test. Con todo esto tenemos la base, lo que es el estudio inicial. Luego todos los días se hacen dos preguntas: si has tenido contacto con una persona con covid y si tienes algún síntomas. Si la respuesta es sí empieza todo el protocolo y se pone en marcha el sistema.
- ¿Es la propia empresa la que hace las pruebas?
-La empresa lo que hace es la solicitud. Nosotros enviamos a enfermería, se hace la prescripción médica y se envía a laboratorio. Y el laboratorio, ya de manera autónoma, sube los datos a la plataforma y la información va, si es positivo, a prevención de riesgos laborales, a recursos humanos y al usuario.
- ¿Es un cortafuegos para controlar brotes?
-Correcto. Aunque al final lo que vemos es que esto, a quien más ayuda, es a la persona. Te haces tus contactos y te sirve también para tu entorno fuera del trabajo. Lo paga la empresa, pero el beneficio es para el trabajador. Y luego, toda la información de los positivos se da a los servicios de rastreo de cada comunidad autónoma.
- ¿A cuántas empresas han suministrado la aplicación?
-Actualmente a unas treinta, con unos 4. 000 trabajadores.
- ¿Se está viendo, por los datos recabados, si hay algún campo profesional con mayor riesgo de contagio?
-El riego es más por territorios. Ahora mismo Madrid está ardiendo e Ibiza también, por ejemplo. Y la zonas de aquí han bajado. Tampoco se pueden hacer muchas mediciones porque el verano ha sido lo que ha sido. La gente está volviendo y las grandes urbes se están llevando la parte de contagio.
- La plataforma se está actualizando actualmente en el Centro de Creatividad de San Martín, ¿hay planes para ampliarlo a otros puntos de la región?
-Estamos hablando con diferentes actores tanto públicos como privados para presentar la plataforma y ver si hay interés.
- ¿Es aplicable a otros ámbitos, por ejemplo el escolar?
-Es lo mismo. Junto a los síntomas y el cuestionario, la aplicación se basa en los test, que es lo que nos da una medida real de una enfermedad mayoritariamente asintomática. En la escuela, los test los haríamos en saliva porque sería más fácil con los niños.
- ¿Qué aprendizajes han sacado en estos meses?
-Que el verano ha sido muy duro. Ha habido una relajación, quizá por el confinamiento o por no tener muy claras las medidas de control. Y ahora estamos asumiendo las consecuencias. En el resto de Europa, por la calle básicamente no vas con mascarilla porque estás en un entorno abierto y cuando entras en un local, te pones la mascarilla y das tus datos. Aquí parece que lo estamos haciendo al revés. Vas por la calle con la mascarilla y cuando entramos en un local nos la quitamos. Algo está fallando.
- Ha estado visitando el Centro de Nanotecnología, ¿hay perspectivas de colaboración?
-Ahí nuestro interés principal es el diagnóstico precoz de cáncer. Hay una posible colaboración muy interesante entre lo que hacemos y un desarrollo de epigenética cuyo núcleo está en el CINN.
