El Ayuntamiento de Mieres está procedimiento a renovar parte del firme de la populosa plaza sidrera de Requejo. Para ello han contratado a una empresa que se está encargando de la sustitución de la zona asfaltada más próxima a la fachada de los edificios que conforman este espacio de terrazas. Se trata de la franja que está libre de adoquines.
Las obras permitirán sanear el espacio de la terrazas más próximo a las sidrerías. En esa zona el asfaltado se encuentra bastante deteriorado. Se trata del espacio que invaden en parte los toldos y en el que el transito de personas es más intenso. La actuación ha comenzado y el objetivo es que las labores estén concluidas “lo antes posible”. De hecho, la intención de la administración local era la de haber iniciado las obras hace unos días, para acompasarlas al cierre hostelero derivado de la crisis sanitaria. Con todo, los responsables municipales confían en que la actuación no afecte a la reapertura de las terrazas de Requejo, aún sin fecha.
La plaza de Requejo, que en las primeras décadas del pasado siglo era espacio de feria de ganado, dio posteriormente paso al principal espacio del concejo dedicado a la hostelería.
El Ayuntamiento de Mieres acometió en 2010 un plan de mejora urbanística en el barrio de Requejo en el que se invirtió un total de 270.000 euros y que incluyó la extensión del empedrado de la plaza a todas las calles de la zona. Cinco años antes se había abordado una profunda reforma en la propia plaza. El presupuesto de la esperada actuación ascendió entonces a 231.000 euros. La remodelación integral del núcleo sidrero por excelencia de Mieres, ubicado en el centro del casco urbano, se ejecutó en cuatro meses. En lugar de las dos escaleras con que contaba entonces este espacio, el proyecto permitió construir una nueva y más amplia. El pavimento elegido fue de asfalto fundido en color caldera, un material muy resistente a la erosión y de fácil limpieza, en las zonas ocupadas habitualmente por las terrazas. Se trata de la zona ahora sustituida.
En el resto de la plaza se combinaron dos tipos distintos de firme, el adoquín de granito silvestre, de color tostado y en pequeño formato, junto con baldosas de granito silvestre aburbujada. También se sustituyó entonces la totalidad del mobiliario urbano (farolas, bancos y papeleras) y se renovó las infraestructuras subterráneas como redes de saneamiento y abastecimiento, luz, telefonía y gas. Por su parte, los árboles y la estatua del escanciador se conservaron.