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José Pajarón, el "superpoli" de Mieres que fue campeón de tiro y premiado como yudoka

José Pajarón, destinado a la protección de mujeres maltratadas, fue campeón de tiro y ha sido galardonado por su gran carrera como yudoca

José Pajarón, enfundado en su “judogi”.

José Pajarón es policía nacional desde hace 42 años. Inició su andadura profesional en 1978, accediendo a la entonces Policía Armada. Vistió de gris y de marrón, hasta llegar al actual color azul característico del cuerpo. Su respeto por el uniforme sólo es equiparable a la devoción que siente por enfundarse a diario otra guerrera, en este caso, el tradicional “judogi”, la vestimenta de los yudocas.

Ha sido campeón de España policial y medalla de bronce en los mundiales de 1991, celebrados en Italia. Durante 37 años ha impartido enseñanza, llegando a ejercer de seleccionador nacional de la Policía Nacional. Son solo algunos de sus logros deportivos, una fértil cosecha que acaba de germinar en la concesión de la Medalla de bronce al Mérito Deportivo.

“La policía es mi profesión y el yudo mi gran afición. En ambos casos, cada mañana al levantarme me apetece vestirme para acudir a trabajar y a entrenar”, explica Pajarón. “Es un ejemplo de lo que significa ser un profesional con alta formación, al tiempo que es un deportista con una enorme preparación”, destaca Ignacio García-Cachón, jefe de la Comisaría de Mieres.

José Pajarón ha exprimido al máximo tanto su carrera profesional como su pasión deportiva. Está destinado en Mieres desde 1982 y hace diez años tuvo en su mano pasar a la denominada segunda actividad. Lejos de colgar el uniforme, decidió iniciar una nueva etapa profesional en la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (Ufam), donde se encarga de la unidad de protección: “Mi teléfono está abierto las veinticuatro horas del día para atender a las víctimas. Incluso estando de vacaciones, estoy disponible si me necesitan. No entiendo otra forma de hacer mi trabajo”.

El “superpoli” de Mieres

Natural de Badajoz, llegó a Mieres de niño debido a que su padre era capataz de mina. Él mismo trabajó tres años en los pozos, mostrando desde muy joven facilidad para el deporte: “Empecé jugando al baloncesto, pero coincidíamos con las competiciones de yudo y se me iba la vista para el tatami”. Un día, mientras trabajaba de camarero en una cafetería del centro de Mieres, vio entrar a Ramón García, el entrenador del equipo de judo de Lena: “Le pregunté si podría probar y me comentó que me pasara. Me dejó la vestimenta y ya nunca lo dejé”. Ahora es Pajarón quien capta a nuevos jóvenes en Lena. “En el club tenemos 69 yudocas, una cifra muy apreciable para un concejo no muy grande”, explica este maestro de yudo y defensa personal, séptimo Dan.

La Policía y el yudo van de la mano en el caso de Pajarón. “Cuando fui al servicio militar unos compañeros del club me instaron a entrar en el cuerpo y así lo hice”. No se arrepiente. Aspira a servir de ejemplo para jóvenes agentes: “Tener una buena condición física y mental es importante para nuestro trabajo y dominar la defensa personal ayuda en las intervenciones, facilitando las reducciones sin ponerte en riesgo ni a ti ni al detenido”. Valora el esfuerzo del cuerpo por fomentar buenas prácticas profesionales. “Los jóvenes llegan más preparados que antes y el cuerpo potencia y facilita la formación, incluida la física”.

José Pajarón también es campeón de Asturias de tiro policial. Le queda un año para jubilarse: “Yo nunca dejaré de ser policía, ni yudoca”. No hace ostentación ni de placa ni de medallas, pero se ha ganado el respeto tanto cuando viste uniforme como cuando se enfunda el “judogi”.

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