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Entre la pandemia y el racismo

La comunidad gitana se revela “indignada” al sentirse señalada “injustamente” como responsable del cierre perimetral de Mieres

Por la izquierda, Narciso Ferreduela, Narciso Barrul, Rafael Vizarraga, Juan Ferreduela y José Gabarre, en el barrio de Nuevo Santullano. | D. M.

La comunidad gitana de Mieres se siente señalada “injustamente” tras el cierre perimetral del concejo derivado del aumento de los contagios por covid-19. El malestar entre este estrato de la población ha ido en aumento en los últimos días de manera acompasada a la propasada proliferación de comentarios en redes sociales que responsabilizan a la colectividad gitana de los brotes previos al endurecimiento de las restricciones en el marco de las medidas “4Plus”. La rumorología ha propagado diversas versiones sobre la organización de una gran fiesta familiar en la que supuestamente hubo decenas de contagios. En el proceso no han faltado insultos y descalificaciones que están causando gran “indignación” entre la comunidad gitana: “Son miles de comentarios los que se han generado en internet y todo sobre la base de una gran mentira”. Afirman sentirse víctimas del odio y del racismo.

Los portavoces de la comunidad, con la Asociación Progreso Gitano al frente, niegan para empezar de manera rotunda que se hubiera organizado algún tipo de fiesta familiar en Santullano: “Es un sinsentido decir que se ha organizado una pedida de mano o se ha celebrado una boda, como se afirma en redes sociales. Estamos siendo tan cuidadosos como el que más, ya que somos un colectivo tremendamente concienciado con esta situación y nos preocupa enormemente la salud de nuestros mayores”. En Santullano la indignación roza con la rabia: “Hay un brote en el barrio, pero no entendemos que se nos acuse a nosotros. Somos más de veinte familias y hay tres con contagios. Nadie está libre de enfermar, ya que el virus no entiende de etnias ni razas”, apunta Narciso Barrul. “Representamos el 25 por ciento del barrio y sólo se nos señala a nosotros. Además, hay brotes aún mayores en otros barrios y en bares del casco urbano que todos conocemos y nadie dice nada. Pero cuando, por desgracia, se contagia un pequeño grupo de gitanos, en vez de apoyar y dar ánimos, la reacción de muchos es insultar y lanzar bulos”.

Los contagios en el seno de la comunidad gitana se han propagado en el seno de “un reducido número de familias”. El colectivo quiere subrayar que “todo el mundo está cumpliendo. Los confinados están en sus casas y los que tuvieron contacto han pasado las pruebas pertinentes”, señala Rafael Vizarraga. Dicho esto, el malestar en muy grande: “Es indignante el trato que estamos recibiendo, cuando lo único que hacemos es vivir en armonía con todos nuestros vecinos. Somos mierenses, como el resto de la población, y nuestro comportamiento, en general, está por encima de la media en lo que se refiere a cumplir con las normas”.

Desde hace unos días la comunidad se siente atacada: “El domingo el tiempo fue malo y en la plaza faltaron algunos puestos. La gente comenzó a decir que era porque todos estábamos contagiados”. Además, se han intensificado los controles de la Guardia Civil en Santullano: “Agradecemos toda la vigilancia pero, con toda la presión sobre nosotros, no era el momento. No hemos visto lo mismo en otros barrios”.

La comunidad gitana mierense se siente agredida por un sentimiento de “odio y racismo”.

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