La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los okupas se instalan en el principal centro de salud de Mieres en plena pandemia

Los vecinos registran una queja tras acomodarse personas sin techo en el voladizo del ambulatorio Sur: “Defecan en la calle y van sin mascarilla”

Manuel Prado, con el escrito de protesta, frente al centro de salud, con el voladizo okupado a la derecha. | D. M.

Los okupas que a finales del pasado verano se instalaron en los accesos a una cochera de las viviendas de realojo de la Mayacina se han trasladado a las dependencias exteriores del centro de salud Sur de Mieres. Se han acomodado, en concreto, en el amplio voladizo que envuelve el acceso principal al complejo sanitario. Las quejas vecinales, como sucedió previamente en los alrededores del puente de Seana, se están extendiendo, sumándose a ellas también hosteleros. Y es que, entre otras cosas, los usuarios del centro de salud se están encontrando diariamente defecaciones y orines, tanto humanos como de los perros que estas personas tienen como mascotas.

La Asociación de vecinos “Covadonga-La Villa” ha registrado un escrito en el propio centro de salud instando a las autoridades pertinentes para que “tomen las medidas oportunas de inmediato”. Este colectivo, que representa a toda la zona sur del casco urbano, reclama que se impida a estas personas el acceso al espacio que ha sido habilitado como improvisada vivienda. Proponen que este recoveco de la fachada principal del edificio se cierre con una verja. “Vallar la zona parece que es la única solución viable”, explica Manuel Prado, presidente de la citada asociación.

En su momento ya se valló la entrada al patio interior del centro de salud debido a que este era utilizado por grupos de jóvenes para celebrar botellones. Para los vecinos la actual situación genera aún mayores trastornos. Las quejas se centran, en especial, en la mujer que permanece cobijada en las instalaciones de manera permanente, mientras otras personas van y vienen. Los vecinos afirman que tiene graves problemas de drogadicción y que sus hábitos transgreden las normas mínimas de salubridad y del comportamiento cívico. “Es una persona que se refugia, vive, defeca y duerme en un colchón con todos sus enseres y su mascota, sin respetar medidas preceptivas frente al covid-19, como el uso de mascarilla”. El malestar es también grande en los establecimientos del entorno del ambulatorio. Afirman que esta persona hace uso frecuentemente de los baños, dejándolos tras su paso en unas condiciones “deplorables”.

Los vecinos consideran que se encuentran ante una situación “muy delicada” debido a los condicionantes especiales que tiene un centro médico y más en el actual marco de crisis. En su momento, la quejas entre los residentes de las viviendas de realojo de la Mayacina fueron también airadas. El problema, más que de su simple presencia, surgió igualmente de los hábitos de vida del grupo. Así, la comunidad de vecinos de la calle Salvador Allende, con el apoyo del resto de residentes en este complejo situado junto al puente Seana, presentaron un escrito ante el Ayuntamiento solicitando el urgente desalojo de la cochera. En este caso, nada se pudo hacer hasta que estas personas abandonaron por decisión propia la cochera que habían okupado. Ahora, el problema se ha trasladado al principal centro sanitario del casco urbano de Mieres.

Compartir el artículo

stats