Desde mis 50 primaveras (“49 dicen que aparento”, que diría Joaquín Sabina) creo que es un buen momento para reflexionar, en este caso y a petición de mis amigos de LA NUEVA ESPAÑA, sobre el futuro de nuestra querida tierra.

Por seguir con el 50, y aprovechando que el Nalón pasa por Lada, este es el número de provincias españolas (privilegiado me siento por haberlas recorrido todas). También se da la casualidad de que 50 sea el número de países europeos y el número de estados que componen los Estados Unidos de América (ni el uno ni el otro los he completado, pero me voy acercando, y mucho me motiva el intentar conseguirlo).

También he podido estar, y descubrir a fondo, 28 de los 32 estados de México; así como 15 de los 19 países de Hispanoamérica.

Quiero iniciar de esta forma, porque desde la comparativa se puede hacer un análisis más objetivo sobre nuestra “realidad”, o eso creo yo. Huelga decir que viajando se pueden ver cosas, y muchas. Siempre que llego a casa, después de una gira de trabajo, siento el privilegio que supone ser y vivir en esta tierra.

Todos estos viajes y vivencias me hacen continuamente reflexionar sobre nuestros puntos fuertes, y los no tanto, que hacer autocrítica es muy sano y, sin duda, también muy necesario.

Con esta perspectiva, creo haber salido desde hace ya un buen rato de la “caverna de Platón”, aquella alegoría que recomiendo tener siempre en cuenta. Tanto viaje implica ver muchas cosas diferentes, y a poco que se abran los sentidos, algo siempre se aprende. Tener la posibilidad de comparar es algo realmente valioso. Y ya se sabe, a veces conviene salir para luego apreciar lo que somos y lo que tenemos.

Pues bien, desde mi humilde ángulo, me atrevo a decir que las Cuencas Mineras son lo máximo; nuestra historia de lucha es para sentirse muy orgullosos de nuestro pasado; el paisaje no deja de ser una maravilla, como toda Asturias; el paisanaje y nuestras tradiciones son excepcionales… Sin duda, somos unos privilegiados, y no conviene que se nos olvide, sobre todo en aquellos momentos que resultan más complicados. Desde las dificultades es desde dónde mejor se puede crecer, precisamente porque se requiere un empeño mayor.

Para que el futuro sea benigno, lo primero hay que creérselo, hay que cambiar el chip mental, hay que mirar más hacia el futuro y menos lamentar, hay que generar oportunidades para que la gente tenga facilidad para el crecimiento personal… que como se crece es sumando, arrimando el hombro que decimos aquí, y cada miembro de la suma es importante.

Nadie dijo que fuese fácil, pero lo que sí tengo claro es que todo tiene que partir desde un pensamiento positivo. Hagámosle caso a Louis Van Gaal, no estemos con el “siempre negativo y nunca positivo”, démosle la vuelta.

En tantos viajes he podido conocer a decenas de personas exitosas y, puedo asegurar, que el rasgo común en todas ellas era esa positividad en sus pensamientos y en su forma de ver la vida, sacando en los momentos más difíciles las mejores virtudes. Cuando se piensa de forma positiva la probabilidad de lograr nuestras metas es mucho mayor que de lo contrario, es clave esta actitud, pues nos conviene jugar con la probabilidad a favor.

El futuro depende, en buena medida, de cada uno de nosotros, siendo lo colectivo la suma de las individualidades. Preguntémonos, como diría JFK, qué puedo hacer por mi tierra, y no tanto lo que mi tierra pueda hacer por mí.

Cierto que estamos en tiempos que no son sencillos, cierto que a muchos de mis paisanos se les ocurrirán unas cuantas razones para el pesimismo (de hecho es lo que más se escucha). A mí se me ocurren 50 para ser optimista aunque, como diría Pierre de Fermat, no puedo escribir tantas en sólo 687 palabras.

Por último, felicitar a LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas por este 25 Aniversario, son muchos años acompañándonos. Vamos juntos a por otros tantos, para que así sumen lo que tienen que sumar.