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Los pasajeros de Feve, hartos: “Las personas mayores tienen miedo a viajar”

Los usuarios reclaman “más vigilancia y presencia de interventores” para evitar el “descontrol, con gente fumando y bebiendo” en los vagones

Un tren de Feve a su paso por Sotrondio.

Los usuarios de la línea de Feve Laviana-Gijón están “hartos”. No solo por lo imprevisible del servicio, ya que “a veces, el tren no aparece”. También por la precarización de la línea, en la que apenas hay personal, se hace botellón en las estaciones, los vándalos destrozan “impunemente” sus instalaciones y “a los viajeros responsables, los que no lo son y viajan gratis, o fumando, o dando gritos, hasta nos amenazan”. Los pasajeros reclaman “vigilancia” de forma habitual en la línea, y que haya “más personal” que vele “por el buen funcionamiento de la línea”.

Un sábado de marzo, solo en uno de los viajes con destino Pola de Laviana, se contabilizó a “75 chavales” saltándose los tornos de las estaciones en San Martín del Rey Aurelio. Desde entonces, se ha puesto vigilancia, pero “solo los fines de semana”. Algo que es “claramente insuficiente” porque “el descontrol puede producirse cualquier día”. Tampoco hay interventores de forma habitual, y “cuando lo hubo, de forma muy puntual, en solo dos horas cogió a sesenta personas sin billete”.

"En algunos trenes hay gente que va bebiendo, fumando, dando gritos... y si se llama la atención, la respuesta que se recibe son las amenazas", claman los viajeros

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El problema de las estaciones está en su “abandono”, con instalaciones destrozadas, de nuevo, en la falta de personal. Las hay incluso donde las máquinas de billetes ya no funcionan y los tornos están bajados “permanentemente”. Así, “mucha gente acaba viajando gratis”, aprovechándose de esta circunstancia. La ausencia habitual de vigilancia provoca además que, en determinados viajes, “haya gente que va bebiendo, fumando, dando gritos... y si se llama la atención, la respuesta que se recibe son las amenazas”. Por este motivo, subrayan los usuarios, sería necesario “contar con más personal. Un maquinista solo no puede hacer frente a todo esto. Hay que tener más vigilantes, interventores, algún jefe de estación. La gente mayor empieza ya a tener miedo por este descontrol”, denuncian.

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