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Mieres llora a Ovidio Barbao, fallecido cuando pescaba en Caravia: "Si tenías un mal día, él te regalaba su sonrisa"

La autopsia analizará qué causó su caída sobre un pedrero en Morís l Era miembro del Coro de la Escuela de Música: “Nunca lo olvidaremos”

Ovidio Barbao, en el centro -con pajarita roja, durante una cena de Navidad con compañeros del coro y familiares

Si un amigo tenía un mal día, Ovidio “Ovi” Barbao García le regalaba su sonrisa. El concejo de Mieres llora la pérdida de este conocido y apreciado vecino, integrante del Coro de la Escuela de Música. Falleció el viernes, a primera hora de la mañana, en la playa de Morís (Caravia). Tenía 72 años y amaba la vida. Estaba en el arenal para disfrutar de una de sus pasiones: la pesca. La familia esperaba ayer, al cierre de esta edición, por las conclusiones de la autopsia. Por el momento, se desconoce si Ovidio Barbao resbaló o si sufrió un desvanecimiento que provocó la caída mortal sobre el pedrero donde fue hallado su cuerpo.

“El resultado es el mismo, ya no lo tenemos con nosotros. Pero lo que es seguro es que lo echaremos siempre de menos”, afirmó Chema Castiello, uno de sus muchos amigos y compañeros del coro. Formaba parte del cariñosamente apodado “núcleo duro” de la agrupación coral: “Los que orquestamos los saraos del corón”, añadió Castiello, sin ocultar una sonrisa de cariñoso recuerdo.

Ovidio Barbao tenía la costumbre de madrugar mucho para ir a la playa a pescar: “Solía ir muy pronto, al amanecer”, explicaron sus allegados. Un turista que paseaba por el arenal de Morís, el viernes por la mañana, encontró su cuerpo. Dio aviso al 112-Asturias, que movilizó hasta el lugar a sanitarios y Guardia Civil. Los agentes encontraron sus aparejos en una mochila, además de la licencia de pesca que permitió identificarlo con rapidez. La noticia no tardó en llegar a Mieres.

“Estamos desolados, no voy a mentir. La vida es tan injusta a veces...”, destacó Castiello. Pasaba mucho tiempo con “Ovi”. Hace unos días, estuvieron ensayando: “Estaba contento por la positiva evolución de la pandemia, tenía ganas de volver a la normalidad”. Pronto empezaría a preparar la Navidad.

Porque, además de formar parte del Coro de la Escuela de Música, también era integrante de “Sin ton ni son”. Es una agrupación que actúa con fines solidarios. Entre otras actividades, piden el aguinaldo navideño para luego donarlo. También fue tesorero del histórico Club Junior de Mieres.

Le gustaba, por encima de todo, ayudar a los demás. Ovidio García deja dos hijas. Esta mañana, a las once, se rezará un responso por su eterno descanso en el tanatorio de Mieres (la capilla ardiente está instalada en la sala 5). A sus familiares, a sus amigos, a todos los que le conocieron, les queda un consuelo inmenso: “Recordaremos, cada día, todos los buenos ratos que nos hizo pasar”.

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