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Rebrota el miedo al dispararse el tráfico en el "narcopiso" del centro de Mieres

Los vecinos del bloque que alberga el mayor punto de droga la ciudad se cansan de esperar por el deshaucio: "Amenazan y llegan por decenas"

Arriba, los vecinos junto al edificio que alberga el «narcopiso». A la derecha, un grupo de residentes, junto a la manta con la que los traficantes presuntamente hacen señales a los clientes. | D. M.

Los vecinos de uno de los bloques de la urbanización Buenavista, en pleno de centro de Mieres, no se libran de la droga. El "narcopiso" que lleva dos años operando pese a sumar decenas de intervenciones de la Policía Nacional ha intensificado su actividad ante la desesperación de las familias. "Nos amenazas, hay intentos de agresión, fuerzas las puertas y los niños pequeño tienen que convivir con esta situación", apuntan desesperados los portavoces de la comunidad.

Rebrota el miedo al dispararse el tráfico en el "narcopiso" del centro de Mieres

El pasado mes de febrero el movimiento vecinal convocó una protesta que acabó frente al Juzgado de Mieres. Se pidió el desahucio" de los traficantes. La movilización desencadenó una junta de seguridad ciudadana en la que estuvo presente la Delegada del Gobierno, Delia Losa: "Nos dijo que había fórmulas para desahuciar a esa personas, que es propietaria, mediante una inhabilitación o una figura parecida", explica Díaz Marentes, presidente de la Agrupación vecinal de Mieres, entidad que ayer volvió a trasladar su apoyo a los vecinos de Buenavista.

Y es que transcurridos varios meses desde que la convivencia estallará por los aires, los vecinos volvieron ayer a la calle para protestas. "La situación vuelve a ser insostenible y hay días que pasan por el portal más de treinta drogadictos", explican desesperados los portavoces del vecindario: "Fuerzan las cerraduras del portal y del garaje cuando no les abren la puerta y cada vez se descaran más con nosotros, con amenazas constantes".

Los vecinos valoran el trabajo de la Policía Nacional, pero están desencantados con la justicia: "Los policías vienen con frecuencia e intervienen en los alrededores, ya que no tienen autorización de acceso al piso, pero el problema es que las leyes parecen estar hechas para proteger a estos delincuentes", apunta Francisco Cienfuegos.

El aguante de los vecinos de Buenavista, en la calle Manuel Llaneza, está ya agotado. Explican que su drama comenzó hace aproximadamente dos años, cuando una mujer y su hija se instalaron en un piso propiedad de una vecina con problemas de adicción. "Desde entonces se han dedicado a vender droga, atrayendo a clientes no solo de Mieres, sino de toda la comarca", apunta Juan Ignacio Fernández.

Los vecinos llevan más de dos años conviviendo con la venta de droga. Se han familiarizado incluso con prácticas y códigos de este oscuro mundo. "Cuando hay droga cuelgan algún tipo de trapo en la ventana y así los clientes saben que están operativos", explican, mientras señalan en el patio interior una vieja manta hecha jirones: "Se les cayó hace unos días y no han bajado ni siquiera recogerla". Otros vecinos han detectado otros detalles: "Cuando en el periódico sale que se ha desarticulado un alijo de droga, al día siguiente este es un hervidero", recalca sin poder explicar el motivo Juan Ignacio Fernández.

En peligro

El aguante de los vecinos de Buenavista está ya agotado. Explican que su drama comenzó hace ya más de dos años, cuando una mujer y su hija se instalaron en un piso propiedad de una vecina con problemas de adicción. Las actas policiales han confirmado una intensa venta de cocaína y heroína. Los vecinos hace tiempo que no conocen el significado de la palabra descanso. Los diferentes grados de las molestias llegan hasta el punto de sentirse en peligro.

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