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de lo nuestro Historias Heterodoxas

Historia inacabada de una piscina

Las actuales instalaciones de la Agrupación Deportiva Manuel Llaneza, construidas en los años 50 y que ahora luchan para no ser cerradas

piscina

A mediados de febrero de 1952 una conversación cambió para siempre la vida de José Vitos. Tenía entonces veinte años y llevaba tiempo practicando la natación a su manera en los pozos del río que recorre el valle de Turón. Una actividad limitada por el buen tiempo del verano, ya que las crecidas y la temperatura gélida hacían imposible bañarse en los meses fríos. Y aún así debía pasar por alto que el agua estaba casi siempre sucia por el carbón que bajaba de las minas que estaban en funcionamiento cauce arriba. Por eso, cuando escuchó a alguien decir que en Mieres una piscina cubierta y climatizada abría cada tarde desde las cinco hasta las nueve de la noche, fue como si hubiese encontrado el cielo en la tierra.

El pasaporte a aquel paraíso costaba siete pesetas: tres para el tren y cuatro para la entrada, pero nunca la felicidad de un hombre fue tan barata. A las seis de la tarde, después de coger uno de los coches que bajaban a los mineros de La Rebaldana y transbordar dos veces –en La Cuadriella y Figaredo– Vitos pudo ver por primera vez aquel lago de agua caliente iluminado por muchas luces y meterse en él para sorprender a su encargado haciendo dos horas de largos por mera diversión. Dos días más tarde, el médico Francisco Alperi, delegado de deportes de Educación y Descanso lo fichó para el equipo de natación que se estaba organizando en Mieres.

La continuación de esta historia ya la conocemos, José Vitos empezó a ganar competiciones, primero regionales y enseguida nacionales compaginando su afición con el trabajo como fogonero en la vía estrecha; pronto rompió varios records y finalmente sorprendió a la natación española el 28 de agosto de 1958 al cruzar a braza el Canal de La Mancha entre Calais y Folquestone en 15 horas y 11 minutos.

Haciendo memoria debemos decir que aquellas instalaciones que deslumbraron al joven Vitos se habían inaugurado en 1950 precisamente gracias al impulso del doctor Francisco Alperi quien medió ante la Organización Sindical Española para que se habilitase una piscina cerrada en Mieres.

El lugar elegido fue una parte del magnífico edificio que entonces se llamaba "Casa España" y albergaba los despachos del sindicato vertical que fue el único autorizado por el franquismo para representar los intereses de los trabajadores. Aunque, como seguramente recordarán, tras esta patriótica denominación se encontraba realmente la Casa del Pueblo abierta en 1927 por el SOMA de Manuel Llaneza e incautada por los vencedores tras la Guerra Civil. Por esa razón el Club Deportivo lleva actualmente el nombre del líder sindical.

Mieres, que estaba en aquel momento en pleno desarrollo industrial y demográfico, ya contaba con equipos punteros en diferentes especialidades, como el fútbol y el hockey sobre patines; potentes peñas apoyando otras disciplinas como el ciclismo, y sobre todo el Centro Cultural y Deportivo Mierense impulsado por Luis Fernández Cabeza, que organizaba actividades de todo tipo. Con este ambiente de fondo, la piscina no tardó en convertirse en una referencia nacional.

En ella se impartieron innumerables cursillos y se celebraron competiciones de diferentes categorías que fueron aumentando de nivel y tuvieron su culminación cuando en octubre de 1959 los XIX Campeonatos Sindicales Nacionales de Natación trajeron a esta villa a 400 deportistas de toda España.

Pero la deslumbrante cara de aquella moneda ocultaba una cruz que los ciudadanos no veían. El mantenimiento de las instalaciones fue descuidándose y por fin en 1967 se recibió una fuerte partida económica para renovarlas. Muchos mierenses vieron con agrado como el dinero se invirtió en unas saunas, la renovación del tejado e incluso la apertura de un bar en una zona de un piso superior que había sido una antigua vivienda, mientras los conocedores de la situación real se echaron las manos a la cabeza porque los verdaderos problemas siguieron sin abordarse.

José Vitos escribió en sus memorias como las nuevas tejas eran tan malas que ocasionaban más goteras que las anteriores, sin embargo lo más inexplicable fue que las viejas calderas de carbón, deterioradas por el uso constante, no se tocaron y pocos meses más tarde ante la falta de agua caliente la piscina tuvo que cerrar sus puertas.

Aquella travesía del desierto se mantuvo hasta que tras la muerte de Franco los antiguos sindicatos lograron la devolución de su patrimonio histórico y el SOMA recuperó su derecho sobre la Casa del Pueblo, aunque la propiedad del edificio siguió en manos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

En 1983 nació la Agrupación Deportiva Manuel Llaneza, que además de apostar por diferentes artes marciales, yoga, actividades relacionadas con la belleza o la tonificación, se propuso reabrir la piscina y cinco años más tarde, después de superar un largo camino burocrático, la natación volvió a Mieres atrayendo también a aficionados de Langreo, San Martín del Rey Aurelio o Pola de Laviana.

Las nuevas instalaciones se abrieron al público en junio de 1988 y muy pronto tanto el número de socios como el de asistentes a los cursillos fue tan notable que no tardó en reunirse un buen grupo apto para rivalizar con los tradicionales y potentes equipos de Oviedo, Avilés y Gijón. Así que en la temporada 1989/90 los nadadores de Mieres se dieron a conocer en las diferentes competiciones que se celebraban habitualmente en Asturias.

José Luis Vitos López, entrenador y responsable del Club, recuerda como poco a poco fueron llegando los éxitos y en la década 2000/2010 el Manuel Llaneza ya contaba con campeones en diferentes categorías regionales obteniendo también algunas medallas nacionales, lo que les permitió estar durante dos años entre los 30 mejores clubs de España incluidos en la Liga Nacional de Natación.

José Vitos Natal fue un héroe para los mierenses de su generación y otros deportistas tomaron su testigo en esta segunda época de la piscina, como Abel García Anido, oro absoluto en el Campeonato de España celebrado en Canarias, quien viajó por diferentes países formando parte de la selección española.

En estos últimos años la constante pérdida de población de este concejo trajo como consecuencia primero un estancamiento y a partir de 2012 la bajada en el número de inscritos en los cursillos y de socios. Aún así salieron de ella otros dos nadadores de prestigio reconocido: Aroa Silva Fidalgo que logró en el europeo infantil de Malta la primera medalla internacional y es la nadadora con más medallas de oro, plata y bronce conseguidas por el club y Enrique Gutiérrez Ramírez también con varias medallas nacionales y participaciones con la selección española en su haber. Junto a ellos, los seniors Benito Méndez Salgado y Valeriano Orgaz "Valín" han llevado el nombre de Mieres por toda España.

Inesperadamente, una pandemia llegada desde Asia ocasionó la pérdida del 45 por ciento de su capital social y los socios bajaron de 1.200 a 686 y ahora un conflicto bélico en la otra punta de Europa ha venido a agravar esta situación originando una subida desconocida en los precios del combustible que además de afectar a las familias y la sociedad en general se ceba con las instalaciones de gran consumo. Los clubes que cuentan con miles de socios pueden asumirlo, pero no los más humildes que en muchos lugares de Europa sufren esta circunstancia con impotencia.

El presidente del Club Deportivo Manuel Llaneza, Armando Fernández "Mandi" ha dado a la prensa unas cifras terribles: en los cinco primeros meses de este año el recibo de electricidad ha pasado de 10.000 a 14.000 euros mientras la factura del gas se dispara de los 11.000 euros a 40.000.

El club, que tiene en su palmarés más de un centenar de nadadores en competiciones nacionales y una treintena de medallas en distintas categorías acaba de solicitar un preconcurso de acreedores para tratar de evitar un nuevo cierre que deje en la calle a diez trabajadores con diferente cualificación.

Desde la Federación Asturiana de Natación y la Agrupación Deportiva Manuel Llaneza, que cuenta actualmente con treinta y cinco nadadores federados y un centenar de niños y niñas en su escuela, se ha hecho un llamamiento al que se están sumando todo tipo de asociaciones locales para que las administraciones públicas, Ayuntamiento de Mieres, Dirección General de Deporte, instituciones y entidades privadas hagan un esfuerzo en la defensa de la natación base y competitiva de la comarca del Caudal.

Este escribidor quiere poner con esta página su pequeño ladrillo en el convencimiento de que entre todos podemos conseguir que no se pierda la piscina que ya es una de las señas de identidad de nuestro pueblo. Es nuestra obligación defender lo que nuestros mayores lograron con tanto empeño.

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