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Rescatan en Mieres a un ciclista valenciano que cayó 4 metros y "desapareció" en el matorral

El hombre hacía una ruta junto a sus compañeros en Mieres: "No se le veía, solo se le oía gritar que estaba bien y salió muerto de risa"

El herido, en el centro, con un vendaje, con sus compañeros de ruta, los agentes de la Policía Local, Estrada y Moreiras (segundo y tercero por la izquierda). | LNE

Fue un milagro, o al menos, fue una cuestión de suerte, de mucha suerte, porque el accidente se quedó en unas risas, unos rasguños y una anécdota que contarán cuando regresen a casa. Todo ocurrió el pasado martes entre las diez y media y las once de la mañana. Un grupo de ciclistas valencianos circulaban por la carretera AS-375, la que une el casco urbano de Mieres con el Hospital Álvarez Buylla, la vieja carretera a Santullano. Los deportistas, cinco en total, estaban haciendo una ruta en bicicleta por España. Circulaban tranquilamente en dirección a Santullano. Dos de ellos iban charlando en la parte trasera de este pequeño pelotón, uno de ellos chocó contra el quitamiedos, la valla lateral de protección de la carretera, saltó por encima y se precipitó por un desnivel de unos cuatro metros, según explicó el mierense Pelayo Álvarez Castañón.

El ciclista, entre la maleza

La maleza lo cubría todo, una "sebe" a la orilla de la carretera en una zona por la que antiguamente pasaba un riachuelo y donde la vegetación es muy abundante. Ahí fue a parar el deportista valenciano, que desapareció de la vista de sus compañeros.

El primer golpe de suerte fue precisamente que en el golpe no se hizo daño. Rasguños y erosiones. El segundo, que por el lugar del accidente pasaba en ese momento Antonio Moreiras, voluntario de Protección Civil de Mieres. Marcelino Estrada, concejal de Protección Civil del Ayuntamiento de Mieres le había enviado a hacer un recado. "Los ciclistas le pararon y le explicaron lo que había ocurrido así que de inmediato me llamó y nos pusimos en contacto con la Policía Local", explica Estrada. El concejal se fue hasta el lugar de los hechos, a donde también acudió una patrulla de la Policía Local de Mieres. "Una cosa es contarlo y otra verlo", dice Estrada. "No se le podía ver, solo le oíamos gritar "estoy bien, estoy bien", recuerda el concejal que afirma que "si hubiese ido solo y en la caída hubiese perdido el conocimiento podría haber pasado días ahí metido sin que nadie se enterase, incluso aunque estuviese consciente nadie le oiría gritar porque por esa zona de la vía no pasan peatones. Los pocos que van andando por allí lo hacen por la otra orilla, donde hay acera y posiblemente con el ruido de los coches no se hubiesen oído las voces".

Entre la Policía Local y Protección Civil montaron el dispositivo de rescate. Lo primero que hicieron fue lanzar una cuerda al ciclista. Uno de los agentes de la Policía Local bajó rapelando entre los "escayos" hasta donde se encontraba el herido. "Tuvimos que limpiar algo de maleza", apunta Estrada.

Los policías rapelando para llegar hasta el herido

La cuerda no fue suficiente así que decidieron que lo más adecuado era utilizar una escalera para que el ciclista y el policía que había bajado hasta él pudieses subir el tramo final de la pendiente.

Al final, con la cuerda y con la escalera consiguieron rescatar al deportista. "Salió muy contento y riéndose", celebra Estrada también entre risas pero con la idea de que todo salió bien pero que podía haber sido algo muy grave.

En cuanto el ciclista salió de nuevo a la carretera fue recibido entre risas y bromas por sus compañeros, después de comprobar que no le había ocurrido nada.

Aunque el hombre no presentaba heridas de gravedad, los miembros del operativo de rescate decidieron llevarlo al hospital, a apenas 100 metros de distancia de lugar donde se había producido el accidente. Un poco de agua oxigenada en los muchos arañazos que tenía, un vendaje y poco más. A seguir pedaleando en su ruta por España.

"Luego nos reíamos todos pero podía haber sido mucho peor porque la caída fue importante y el lugar muy complicado", insiste el concejal de Protección Civil de Mieres. El grupo se fue y a buen seguro que durante mucho tiempo contarán a sus familias y amigos valencianos su aventura mierense.

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