Una madre de Sotrondio denuncia la "falta de apoyos" a su hijo con autismo, que sufrió una agresión en el instituto

El centro expulsó al agresor y cerró el protocolo de acoso pero el alumno sigue sin auxiliar en el aula: "No están haciendo nada por su inclusión", clama Txaru Prendes

Txaru Prendes y Borja Álvarez, en Sotrondio.

Txaru Prendes y Borja Álvarez, en Sotrondio. / C. M. Basteiro

Tiene trece años, terminará primero de ESO, y ha aprobado todas las asignaturas. Hasta aquí, nada parece extraordinario. Todo cambia con este dato: está diagnosticado de Trastorno del Espectro Autista (TEA). Entiende el mundo, pero no el mundo que entiende la mayoría. Para comunicarse, necesita pictogramas; para vivir tranquilo, anticipación. Hace unos meses, sufrió una grave agresión en el instituto. Solo por ser diferente.

La madre del joven, Txaru Prendes, salva del curso las calificaciones. "Fruto del trabajo en casa", apunta. Asegura que el joven, a pesar del duro episodio que ha sufrido, no ha recibido ningún apoyo de la Consejería de Educación. Se ha cerrado el protocolo de "bullying", aunque la familia considera que la investigación interna no está concluida. En el aula, ni siquiera le han asignado el Auxiliar Educativo (AE) que llevan todo el año lectivo reclamando. "Nunca antes lo había pasado tan mal, no están haciendo nada por la inclusión de mi hijo", afirma.

Txaru Prendes se encuentra en Sotrondio con su abogado, Borja Álvarez. Una de tantas reuniones que han mantenido en los últimos meses. "Está siendo agotador", reconoce ella. Mujer fuerte, afrontó con valentía el diagnóstico de su hijo: "El autismo no es una condición neurológica, el autismo no se aborda en centros de salud mental", matiza. Lo único que deriva a los diagnosticados de TEA hasta la consulta de psicólogos y psiquiatras, añade, es la "falta de recursos para favorecer la inclusión y hacerlos avanzar".

Una inclusión, según Prendes, que sí vivieron en la etapa de Primaria. "Mi hijo se siente muy cercano a los alumnos que estudiaron con él en el colegio; además, tenía los apoyos necesarios en el aula". Todo saltó por los aires con el paso al instituto. Fue entonces cuando, desde la Consejería, informaron a Prendes de que el instituto de Sotrondio no tenía auxiliar educativo -un recurso que necesita el joven, según el informe psicopedagógico para su inclusión-. "Entonces se le dio a elegir a la familia entre trasladar al alumno a un instituto en el que no conocería a nadie, pero sí tendría auxiliar en el aula, o seguir con sus compañeros. Es muy injusto que los padres tengan que decidir entre un recurso u otro", matiza el letrado Borja Álvarez.

Decidieron seguir en Sotrondio. Aún así, la familia firmó su disconformidad con la falta de apoyos y siguió reclamando. "Yo dije que si mi hijo no tenía auxiliar, sufriría acoso. Me respondieron que tenía que confiar". Siguieron recurriendo la decisión de Educación hasta principios de noviembre. A mediados de ese mismo mes, el joven sufrió una agresión muy grave en el centro. Se abrió una investigación interna, y la familia presentó una denuncia que está en Fiscalía de Menores, y que ya tiene señalada la fecha para el juicio.

La investigación

El centro identificó como presunto autor de los hechos a otro alumno, que fue finalmente expulsado. "Lo más grave es que nadie se ha parado a preguntarle a mi hijo lo que ocurrió. Sabemos, por compañeros y por lo que él nos va haciendo saber, que no era la primera agresión y que tiene cierto 'respeto' a otros compañeros", apuntó Txaru Prendes. El protocolo antiacoso se dio por agotado. El abogado de la familia propuso al centro una "mediación" entre la víctima y otros compañeros que pudieron presenciar lo ocurrido. Esta medida fue denegada por el centro, "habría ayudado a la inclusión del menor y también a mejorar la convivencia en las aulas". Matizan que el joven sí tiene apoyo de los estudiantes que cursaron Primaria con él, pero no del conjunto del alumnado.

Dentro de las aulas, la situación no mejora mucho. La propia consejera de Educación firmó de su puño y letra, en un documento incluido en la instrucción de la Fiscalía de Menores, que el caso del joven tendría que ser valorado de nuevo (tras la agresión) para estudiar la asignación de un auxiliar. "A día de hoy, seguimos sin noticias de los apoyos que recibirá de cara al próximo curso". Las medidas psicopedagógicas para la inclusión del alumno incluyen también una adaptación metodológica, que no curricular -es decir, el alumno puede alcanzar los mismos conocimientos que sus compañeros pero a través de métodos distintos-. Tampoco esta medida se está cumpliendo a rajatabla.

El refugio del joven es su casa. Allí, en su habitación, dibuja para Txaru todo lo que no puede decir con palabras. El otro día, se dibujó con un grupo de niños. "Quiere tener amigos, quiere estar acompañado en el recreo, pero nadie sabe cómo llegar a él".

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