Mejora del hábitat, pasos de fauna y vallados: así cruzarán los osos, sin peligro, la autopista del Huerna

La Fundación Oso Pardo propone una batería de actuaciones para evitar accidentes con los plantígrados, como la entrada de "Fittipaldi" en la carretera

Un oso, posiblemente "Fittipaldi", en el acceso al parque de las Ubiñas.

Un oso, posiblemente "Fittipaldi", en el acceso al parque de las Ubiñas.

"Fittipaldi" se hizo famoso este verano. No hablamos del piloto brasileño, sino del oso que cruzó la autopista del Huerna y chocó contra un vehículo. El suceso tuvo lugar el mes pasado y acabó bien: tanto los ocupantes del coche -dos adultos y dos niños- como el plantígrado, según la investigación, resultaron ilesos. La Fundación Oso Pardo afirma que este suceso es un "aviso" y ha puesto sobre la mesa una batería de propuestas para garantizar el paso seguro de los animales por la autopista del Huerna (AP-66). Incluyen la mejora del hábitat, pasos de fauna y mejorar los vallados. "Son actuaciones necesarias no solo por los animales, sino también por la seguridad de las personas", apunta Guillermo Palomero, presidente de la FOP.

Las recomendaciones de la FOP aparecen recogidas en un estudio elaborado por la entidad hace ya unos años y que ahora han vuelto a poner sobre la mesa. Los responsables de la entidad apuntan que la autopista AP-66, que une Asturias con la Meseta, es "la infraestructura más importante" capaz de "causar un efecto barrera importante a las poblaciones de oso cantábrico". "Limita por el este la subpoblación occidental de osos cantábricos, y a pesar de tener varios túneles importantes y algunos viaductos (...) filtra el movimiento de los osos que pasan desde la subpoblación occidental a la oriental y viceversa", destacan.

El paso de ejemplares por el Huerna tardó en confirmarse. Hace unos años, se registró el avistamiento de un plantígrado que llegaba a Asturias por tierra, agua y -casi- aire. Se trata de un ejemplar que fue captado cuando "atravesaba a nado la rama más próxima a la presa del embalse de Barrios de Luna. (...) Se supone que acababa de cruzar la AP-66 por encima de uno de los túneles que desembocan en el embalse". En 2019, un oso atravesó "la autopista por un paso inferior para vehículos, asfaltado, de diez metros de ancho y seis de alto". Además, se han encontrado osos de la subpoblación occidental que han cruzado a la oriental y viceversa.

El tránsito es una buena noticia. Pero no excelente, porque los animales no cruzan con una seguridad que garantice la correcta conservación de la especie y la seguridad de los conductores. El primer paso para conseguir esa protección es mejorar el hábitat que rodea a la infraestructura. "Cuanto más tráfico tiene una carretera, mayor es la calidad del hábitat que necesitan los osos en las zonas de cruce para decidirse a cruzarlas", explican desde la FOP. Y añaden que "la preferencia de los osos por los bosques está constatada en la Cordillera Cantábrica, y así, el setenta por ciento de las localizaciones del oso pardo marcado por Clevenger et al. (1997) -en referencia a un antiguo estudio- se encontraron en hayedos y robledales".

La mejora del hábitat ha sido una de las grandes preocupaciones de la FOP en los territorios oseros y del corredor interpoblacional. Aún con los deberes ya casi hechos, cabe recordar esta medida dentro de la batería de propuestas para "salvar" a los que son como "Fittipaldi". Lo siguiente: acondicionar pasos de fauna salvaje a lo largo de toda la carretera. Una estimación aproximada -los cálculos certeros son casi imposibles-, teniendo en cuenta el flujo de animales en la zona, es que se habiliten pasos cada siete kilómetros. ¿Dónde? "A escala de paisaje, los pasos deben estar en los corredores o pasillos de los osos". Estas zonas deben tener varias características: la proximidad con los núcleos de cría, la presencia de buenos bosques y una preferible escasa accesibilidad.

Vallados

Y de poco servirán estas dos primeras medidas si no se acompañan de un vallado bien planificado, apuntan desde la FOP. "Sin vallado, la mayoría de los animales no usarán los pasos de fauna y cruzarán las infraestructuras por cualquier parte", afirman. No hay duda de que "Fittipaldi" saltó el vallado de la autopista del Huerna, y también el quitamiedos, antes de llegar a la calzada de la autopista. "Los osos son buenos escaladores", matiza Palomero. Y no lo tienen nada difícil: las vallas de la AP-66 miden, en el mejor de los casos, un metro y medio de altura.

No es suficiente. La propuesta de la FOP, basada en las investigaciones previas, pone sobre la mesa la necesidad de ampliar esos cierres hasta una altura mínima de dos metros Además, deberán rematarse con un voladizo hacia el exterior en la zona superior (de unos 50 centímetros) e incluir un tramo enterrado de tela metálica de un metro. "Enterrar la valla reduce la probabilidad de que los osos pasen por debajo", matizan. En casos extremos de persistencia en el intento de accesos, en base a investigaciones en otras zonas oseras de Europa y Estados Unidos, "deberán instalarse dos hilos electrificados hacia la parte exterior del vallado, a 0,6 y a 1,2 metros de altura".

Son medidas que pueden salvar vidas. De osos y de personas. "Tenemos que actuar ya, antes de que haya que lamentar sucesos graves", apuntó Guillermo Palomero. Hasta el momento, solo se ha documentado un caso de atropello mortal de plantígrado en España. Sucedió el 28 de octubre de 2008, en la autopista del Noroeste (A-6) -a su paso por la localidad de Trabadelo-. Un oso resultó muerto tras ser atropellado por un camión de gran tonelaje que circulaba en dirección a La Coruña.

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