La mina sigue siendo negra: es el sector más peligroso de Asturias, pese a la caída de la actividad

Un estudio alerta de que la falta de relevo generacional aumenta la siniestralidad

Un picador en el pozo Santiago, en Aller.

Un picador en el pozo Santiago, en Aller. / Miki López

La mina sigue siendo muy "negra". El sector extractivo de carbón aún es el de mayor siniestralidad de Asturias, a pesar de la drástica caída en la actividad -solo sigue activo el pozo San Nicolás (Mieres) y labores marginales de mantenimiento en otras explotaciones-. Trabajar en las entrañas de la tierra es cuatro veces más peligroso, según el balance del Instituto Asturiano para la Prevención de Riesgos Laborales (IAPRL), que subirse a un andamio. Se producen seis veces más accidentes, siempre en relación con el número de empleados, en la mina que en el mar. Un reciente estudio firmado por tres profesores de la Universitat Oberta de Catalunya apunta a que la falta de relevo generacional, ante el declive del sector en la región, puede ser la clave: a mayor edad de los trabajadores más riesgo de siniestros. 

El número bruto de accidentes en el sector extractivo de carbón en Asturias, durante 2022, fue de 269. No hubo víctimas mortales, pero sí dos heridos graves. Hay un total de 1.728 trabajadores afiliados al sector extractivo, de los que solo 175 son mujeres. Estas cifas indican que, por cada seis empleados en la mina, se produce un accidente. 

Este cálculo no determina, por sí mismo, la siniestralidad. El Instituto de Prevención de Riesgos Laborales se refiere, para determinar este punto, al "índice de incidencia". Se trata de un cálculo que incluye el número de accidentes con baja laboral entre las personas trabajadoras aseguradas (profesionales con las contingencias profesionales cubiertas); el resultado se multiplica por 100.000. Sirvan los números redondos: el índice de incidencia en el sector extractivo de carbón (hulla, antracita y lignito) es de 32.254. En la construcción de edificios, esta cifra es de 7.115. De 5.639 en el sector de la pesca. 

Estudio

La alta siniestralidad en la mina, a pesar de la caída en la actividad y el desarrollo de medidas en prevención de accidentes laborales, es motivo de estudio. El último, publicado este mismo mes, ha sido elaborado por tres profesores de la Facultad de Economía de la Universitat Oberta de Catalunya. En concreto; Xavier Baraza, Natàlia Cugueró-Escofet y Rubén Rodríguez Elizalde. Se ha presentado bajo el título "Statistical analysis of the severity of occupational accidents in the mining sector" ("Análisis estadístico de la gravedad de los accidentes laborales en el sector minero").

Los investigadores revisaron los datos de accidentes en la minería de España entre 2013 y 2019. En este período, Asturias registró el 44 por ciento del total de siniestros laborales del sector (6.614 de un total de 15.032 accidentes). Cabe tener que el cierre de las explotaciones de la región se abordó el 31 de diciembre de 2018. El estudio no incluye los datos de los años posteriores por la posible influencia de la crisis del covid-19 en los resultados. 

La realidad en Asturias es otra, pero las conclusiones se centran en la situación actual en la región. Según los profesores de la Universitat Oberta de Catalunya, uno de los posibles problemas es la falta de relevo generacional en el sector extractivo. Apuntan, en las conclusiones, lo siguiente: "En lo que respecta a la edad de los trabajadores, está claro que el sector está envejeciendo, lo que conlleva problemas adicionales, ya que las habilidades necesarias para evitar accidentes pueden disminuir con la edad. Esto explica la prevalencia de accidentes entre los trabajadores mayores, aunque tienden a ser más experimentados". 

La investigación llama la atención sobre lo engañoso de los números brutos. "Una primera mirada a los accidentes mineros en España podría ser engañosa, ya que el bajo número de personas empleadas puede ocultar la alta tasa de accidentes en el sector", señalan. Por esta razón, aunque la extracción de materias primas está en declive, "no debe ser olvidada por las autoridades". "Esta es la única manera de asegurar la seguridad y la salud de los mineros que continúan empleados en este sector", concluyen los expertos. 

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