Los gestores alquilan el ecomuseo de Samuño y el Museo de la Siderurgia para organizar eventos y captar visitas

Los responsables de la UTE Sadim-Global –la unión de empresas que se hizo con el contrato para la gestión conjunta del Ecomuseo Minero del Valle de Samuño y el Museo de la Siderurgia de Asturias– han puesto en marcha nuevas fórmulas para aumentar los ingresos de explotación y dar a conocer ambos equipamientos. Entre esas nuevas vías de negocio figura el alquiler de los espacios museísticos para eventos privados como bodas o comidas de empresas. Estas actividades se suman a otras que ya se habían impulsado anteriormente como seminarios empresariales, grabación de series y películas, presentaciones literarias y organización de mercadillos.

Vanesa Álvarez, responsable de gestión del ecomuseo y del Musi, explica que ya se han celebrado varios eventos de este tipo que, además, no suelen tener lugar en temporada alta. "Es una vía más para obtener ingresos y también nos ayuda a dar conocer los museos entre otro segmento de visitantes porque son eventos en los que se suele incluir también la posibilidad de hacer una visita guiada", indica Álvarez.

La responsable de gestión de los dos equipamientos culturales también remarcó que son iniciativas que suponen "la generación de riqueza para el territorio" en cuestiones como la contratación se servicios de catering o alojamiento.

Necesidades

Las tarifas se fijan en función de la duración, espacios, logística y necesidades específicas de cada evento, según figura en la web del Ecomuseo, en la que se remarca que este espacio dispone de espacios interiores y exteriores para la organización de "eventos de empresa, congresos y reuniones, viajes de incentivo, presentaciones comerciales, celebraciones, actividades culturales y deportivas y producciones audiovisuales", entre otras.

Las instalaciones del Pozo San Luis de La Nueva, en las que el tren minero es uno de los principales atractivos, ya han acogido distintos eventos empresariales y sociales, competiciones deportivas y producciones audiovisuales.

La UTE que explota los dos equipamientos culturales recibe 170.000 euros anuales del Consistorio y de la Fundación Musi, aunque esa cuantía se reduce en el caso de no cumplir con el mínimo exigido de visitas. A esta cifra se suman las ventas de entradas, de souvenirs y los ingresos de los bares de ambas instalaciones, así como de otras actividades, entre las que figura la organización de eventos.

El objetivo que se marcó el equipo de gobierno municipal al unificar la gestión de los dos espacios museísticos fue el de optimizar recursos y obtener un mayor flujo de visitantes. El mínimo de visitas fijado para el Ecomuseo Minero Valle de Samuño es de 21.000 y para el Museo de la Siderurgia, de 2.500. Si se llega o superan esos registros la empresa percibirá por el primero de los equipamientos 120.000 euros y 50.000 por la instalación de La Felguera.

Estrategia

Los gestores diseñaron una estrategia conjunta que traza un discurso museístico que va de la explotación carbonífera en el Valle de Samuño al desarrollo industrial. Esa propuesta se presentó en la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se desarrolló en enero. Los responsables del Ecomuseo del Samuño cifraron entonces en 28.000 personas el número de visitantes que recibió la instalación del Valle de Samuño a lo largo de 2022, los que supuso 1.000 personas más que en 2019, el último año antes de la pandemia.

Además, destacaron que se constató en ese pasado ejercicio un descenso en los meses de julio y agosto con lo que "si la cifra anual es superior quiere decir que se está mejorando en la desestacionalización”. Esto llevó a que el Ecomuseo no cierre un mes al año para tareas de mantenimiento, como se hacía hasta ahora, "porque siempre tenemos grupos de visitantes". Esos trabajos se harán en las semanas de menor afluencia.

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