Conflicto vecinal en Morcín por una colonia de gatos: un denunciado por la presunta "desaparición" de animales

"Dice que huelen mal y tienen pulgas", afirman los morciniegos que dan de comer a los felinos callejeros

Gatos de la colonia, en La Vara.

Gatos de la colonia, en La Vara. / LNE

Una colonia de gatos callejeros ha generado un acalorado conflicto vecinal en el pequeño pueblo de La Vara (Morcín). En la localidad aseguran que un hombre que pasa largas temporadas en el pueblo, junto a la persona con la que vive, se quejan "constantemente" de la presencia de los gatos. "Dicen que huelen mal y que tienen pulgas. No los quieren ni ver", afirma Manuel Fernández –que da de comer a los animales, junto a otro vecino del pueblo–. La polémica se ha acalorado con el paso de los meses y ha dado un giro inesperado: una protectora de animales ha denunciado al primer hombre (el que presuntamente se queja del "mal olor" de los felinos) por la desaparición de hembras que se llevaban a esterilizar. Este diario intentó ayer conocer la versión del demandado; que ha negado con rotundidad los hechos y asegura que no tiene ninguna denuncia.

Manuel Fernández, que ya es mayor, afirma que los gatos de esta colonia son "muy importantes en mi vida". "Cuidarlos es una de las razones para levantarme contento por la mañana", añadió. A pesar de los problemas que la colonia lleva ya tiempo generando. Según Fernández, "este hombre empezó a venir aquí al pueblo más a menudo. Le empezaron a molestar todos los animales". Afirma que, más allá de la colonia de gatos, también se sentía molesto por las vacas. "Decía que olía muy mal el camino; que las vacas no estaban limpias".

La tensión fue a más y, a juzgar por lo relatado en la denuncia, el hombre que ahora ha sido demandado inició el proceso legal a principios de julio. Fue entonces cuando denunció ante SEPRONA (Servicio para la Protección de la Naturaleza) a Manuel Fernández. Y, días después, se presentó en el pueblo junto a un concejal del Ayuntamiento. Decidieron llevar a las hembras a esterilizar, como medida de control de la población de gatos callejeros.

Aquí se acaloró la polémica. Según consta en la denuncia y respalda también el testimonio de Manuel Fernández, el hombre que ha sido demandado se encargó presuntamente de transportar a dos gatas con una jaula que le prestó la Administración local. De esas dos gatas, apuntan, "nunca más se supo".

La gota que colmó el vaso, al menos según la versión de Manuel Fernández y lo recogido en la demanda, fue el segundo transporte. El 10 de julio, el hombre al que ha denunciado la protectora "volvió a coger con las jaulas a otros tres gatos". Uno de ellos, apuntan, no era de la colonia sino que vivía en la casa de Manuel Fernández. Esos animales tampoco aparecieron en el pueblo y Manuel Fernández, preso del disgusto, le suplicó al hombre que le dijera qué había hecho con él.

Terminó por confesarle, apunta la denuncia, que lo había soltado en un pueblo de Ribera de Arriba "para que viviera en libertad". Manuel Fernández emprendió la búsqueda del animal en la zona y dio con el gato, finalmente. Estaba a veinte kilómetros del lugar en el que presuntamente fue abandonado y "estaba al límite de sus fuerzas", apunta un apenado Manuel Fernández.

La denuncia

No es él quien ha presentado la denuncia por los hechos. La demanda ha llegado al juzgado de la mano de los responsables legales de la Asociación Protectora de Animales "La Xana". Y es rotunda: "En este momento, se echan de menos en la aldea unos 10 o 12 gatos". "De todos ellos, las dos (gatas) capturadas el día 6 fueron las únicas que llevaron al veterinario para castrarlas, y fueron abandonadas después". Se encontraban, siempre según consta en la demanda, "recién operadas y bajo los efectos de la anestesia, cuando más cuidados y atención precisan, en total indefensión".

Se considera que los hechos "pudieran ser constitutivos de un delito de maltrato animal". Entre las diligencias se solicita tomar declaración a Manuel Fernández y al otro vecino que se encarga de dar de comer a los gatos en la colonia. También al veterinario y al demandado para que den su versión de los hechos. Visiblemente alterado, en conversación con este diario, el hombre que ha sido denunciado reiteró que "desconozco de lo que me está hablando, yo no he recibido nada".

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