El secreto de la mejor huerta de la cuenca del Nalón: "Atención, trabajo y mucha paciencia"

El lavianés Rubén Fernández consigue la "Fesoria de oro" del certamen hortofrutícola de Langreo

La mayor calabaza a concurso pesó 56 kilos

Luisma Díaz

Los secretos de la mejor huerta de la cuenca del Nalón son "la atención, un buen abono, trabajo y sobre todo, mucha paciencia". Palabra de Rubén Fernández, el lavianés que ayer recogió su primera "Fesoria de oro", el máximo galardón que otorga el Certamen de la Huerta de Langreo. "Estoy muy contento", reconocía el premiado, muy vinculado al concejo langreano por su trabajo –es carnicero en un supermercado en Sama–. Su puesto en el certamen verdaderamente llamaba la atención. Tanto por la calidad, como por la variedad de productos que expuso, una treintena, desde calabacines y zanahorias a nueces y castañas, pasando por las manzanas o distintos tipos de flores.

En su finca de La Brañueta de Sayeo, en Laviana, "me dedico un poco a todo. Me gusta trabajar todo tipo de productos", que va rotando todo el año, según la temporada, "cada uno tiene un ciclo". Es su tercera vez en el certamen, la primera que obtiene el máximo galardón, "la verdad es que estoy muy contento".

Además del premio "gordo", Fernández también se llevó varios galardones en materia de productos individuales. Así, el jurado reconoció que sus lotes de hortalizas, sus flores cortadas y sus conservas fueron las mejores del certamen.

También se llevaron primeros premios Teresa Orviz, de San Martín (fabes de la granja, avellanas, castañas, lote de frutas); José Mario Francisco, de San Martín (lechugas y nueces); el lavianés Javier Martínez (fréjoles, tomates, cebollas y calabacines) y Roberto García, también de Laviana (pimientos, ajos y patatas). Los usuarios del Centro de Apoyo a la Integración (CAI) de Pando vivieron uno de los momentos más emocionantes de la mañana al recoger el premio a las mejores plantas en maceta. El galardón especial al puesto con una decoración más atractiva, que se realiza por votación popular, recayó en el langreano Agustín Fernández.

Otro momento especial, previo a la entrega de premios, fue el del pesaje de las calabazas, que año tras año se está convirtiendo en un pequeño espectáculo. De entre las que entraron a concurso el premio al mayor tamaño se lo llevó un ejemplar del langreano Víctor Barbón, que alcanzó los 56 kilos de peso. Entre aplausos, los operarios municipales fueron pesando una a una las calabazas con la ayuda de una máquina "toro" elevadora. La ganadora apenas superó en medio kilo a la calabaza que quedó en segunda posición.

A lo largo de toda la mañana, además, la veintena de productores participantes pudieron vender sus productos al público asistente. El Certamen de la Huerta cumplió con su objetivo de ser un escaparate del mundo rural de todo el valle.

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