La gestión del suelo en Mieres lleva desde 1995 atada a un plan que "nació muerto"

El PGOU que está en revisión desde 2004 planteó trasladar el campo de fútbol a los terrenos del actual campus para hacer un centro comercial

Casas en ruinas en el barrio de La Villa. | A. V.

Casas en ruinas en el barrio de La Villa. | A. V. / David Montañés

Torrevieja es la ciudad que más han crecido en población de toda España este año. Cuenta con 89.720 habitantes censados, casi un 7 por ciento más que hace un año. El Instituto Nacional de Estadística (INE) apunta, en dirección contraria, que Mieres es la novena población del país que más habitantes perdió entre 1998 y 2018, rivalizando solo con capitales de provincia como Cádiz, Bilbao o Salamanca. Estas dos dispares realidades demográficas ofrecen una singular coincidencia. El Ayuntamiento de Torrevieja lleva una década enfrascado en un farragoso proceso burocrático para aprobar un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que se resiste a tomar forma. Mismo problema tiene Mieres, pero en este caso el atasco se prolonga aún más en tiempo, por dos décadas concretamente.

La comparación con la localidad costera alicantina pone de manifiesto que las tendencias demográficas no son aparentemente determinantes a la hora de tramitar una planificación urbana. El colapso parece estar más ligado al tedio burocrático y a la propia capacidad técnica de cada ayuntamiento. En el caso de Mieres el resultado del bloqueo urbanístico ha provocado que el concejo se mantenga atado a un PGOU que se aprobó en el año 1995 y que nada más gestarse ya dio evidentes síntomas de agotamiento. Contra todo pronóstico, va camino de cumplir tres décadas de vida, de las que dos las ha pasado en un permanente proceso de revisión para alumbrar una nueva planificación que se anunció ya en 2004. Pronto se cumplirán 20 años.

Lo más sorprendente de la obstinada y larga vigencia del plan urbano de Mieres es que nada más aprobarse, nadie lo quiso. Fue repudiado abiertamente a nivel político. PP e IU se desmarcaron desde un principio del dibujo urbanístico esbozado en el documento. El propio PSOE, al frente del Ayuntamiento, renegó del mismo. Y es que los socialistas acababan de pasar por una grave crisis interna que acabó con la dimisión de su por entonces secretario general (Juan Vila). En 1995 llegó a la Alcaldía Misael Fernández Porrón y su equipo del gobierno se apartó de inmediato de la heredada y recién lacrada planificación urbana.

El resultado del descrédito que generó el PGOU de 1995 es que poco traslado tuvo a la realidad. Planteaba, por ejemplo, una ambiciosa operación para trasladar el estadio Hermanos Antuña a los terrenos del pozo Barredo y construir en la zona deportiva del viejo campo una gran superficie comercial. También la estación de autobuses y un hotel. El estadio sigue donde estaba, el centro comercial se construyó en la otra punta de la ciudad, en Santullano, la estación de autobuses acabó en la Mayacina y el hotel nunca se hizo. En Barredo se inauguró en 2002 el campus universitario. El plan urbano no dio ni una.

Si hasta el PSOE estaba incomodo ya en 1996 con el plan urbano reciente aprobado, la postura de la oposición fue aún más contundente. "El plan nace muerto", llegó a decir públicamente el entonces portavoz municipal de IU, Luis Álvarez Payo, que unos años después asumiría la concejalía de Urbanismo. Muerto no estaba, ya que 30 años después sigue vigente, pero en la práctica el concejo enviudó urbanísticamente.

Las primeras enmiendas que se pusieron al plan urbano a mediados de los noventa se vincularon al ensanche de la Mayacina, un proyecto que por entonces llevaba ya una década en tramitación. Se planteó implantar en la zona un gran centro comercial y otros equipamientos para hacer rentable el proyecto. Tampoco fraguó la idea. De hecho, el ambicioso plan urbano de la Mayacina se vería de nuevo bloqueado. Los primeros vecinos no llegaron hasta octubre de 2010.

Con el plan urbano aprobado en 1995, Mieres ha visto desaparecer el barrio fundacional de Oñón. La Villa y Requejo, los otros dos grandes referentes históricos, se han ido deteriorando con contantes declaraciones de edificios en ruinas. Mieres tenía en 1995 más de 53.000 habitantes. Hoy no llega a los 37.000.

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