Flores, maíz y golpes de tacón: crónica de la multitudinaria manifestación con la que Langreo despidió a Anita Sirgo

"Nos querías con locura y estamos muy orgullosos de ti", leyó la bisnieta de la histórica militante del PCE fallecida

Y el suelo del pozo Fondón tembló a golpe de tacón: así fue el multitudinario adiós a Anita Sirgo

VÍDEO: Miguel Ángel Gutiérrez / FOTO: Fernando Rodríguez

Miguel Á. Gutiérrez

Anita Sirgo no oía bien. Se dejó el tímpano izquierdo en un calabozo de Sama, debido a los golpes recibidos en uno de los interrogatorios que siguieron a la "huelgona" del 62. No obstante, allá donde esté, habrá escuchado con fuerza el sonido del cariño que cientos de personas (unas 2.000 según los cálculos de CC OO) le tributaron ayer en Langreo. Habrá oído el atronador aplauso que acompañó la salida del féretro de la sede del sindicato en La Felguera; el eco de las consignas reivindicativas (junto a la multitudinaria entonación de "La Internacional" y "El pozo María Luisa") camino del Fondón; y el ruido de los tacones golpeando contra el suelo en la explanada de la mina donde se forjó su lucha.

Sirgo –histórica militante de IU, CC OO y el PCE fallecida a los 93 años– no fue una mujer corriente y su despedida tampoco podía serlo. Dejó dicho a familia y amigos que no quería un cortejo fúnebre, sino una gran manifestación. Hasta después de su muerte, se mantuvo firme tras la pancarta.

En la sede de CC OO, sobre el féretro reposaban dos banderas (la de Comisiones Obreras y la republicana), un zapato (similar al que en su día lanzó a un guardia civil en una manifestación obrera) y un puñado de granos de maíz, como los que arrojaba a los pies de los esquiroles a la entrada del pozo Fondón en la huelgona de 1962.

Las intervenciones en el acto destacaron la figura de Sirgo como emblema de la lucha de la mujeres y de la defensa de las libertades. Adrián Barbón, presidente del Principado y secretario general de la FSA, reveló que su madre hizo de extra en el rodaje del cortometraje y quedó impresionada con Sirgo. "Siento admiración por Anita y por la lucha de las mujeres y hombres de su generación. Es patrimonio de la izquierda, pero también de todos los demócratas". Coincidió en esta última apreciación con el coordinador regional de IU y consejero de Ordenación del Territorio, Ovidio Zapico, que también resaltó el "ejemplo de compromiso intachable" de Sirgo y su "entrega generosa".

José Manuel Zapico, secretario general de CC OO de Asturias, definió a la histórica militante comunista como "una fuerza imparable" y una "gran revolucionaria" que "siempre estaba" cuando había alguna manifestación, mientras que el alcalde de Langreo, Roberto García, aseveró que personas "como Anita no se entierran, se siembran" para que su ejemplo sirva de "testimonio" a los que vienen detrás. Esther Barbón, secretaria comarcal de CC OO agradeció el "legado" de Sirgo y su lucha por reivindicar "el papel de las mujeres en la sociedad". Arancha Carcedo, de la dirección del PCE de Asturias, expuso que es "historia de Asturias y de la clase obrera".

La sede de CC OO en La Felguera, donde había quedado instalada la capilla ardiente, se quedó pequeña para acoger a todas las personas que querían asistir al homenaje póstumo a Sirgo. Fuera esperaban muchas más, que estallaron en un sonoro aplauso cuando sus restos mortales salieron por la puerta, camino del pozo Fondón, en Sama. Más de un kilómetro de distancia a lo largo del cual el que el féretro fue portado a hombros.

Por la izquierda, Begoña González, José Manuel Zapico, Esther Barbón, Arturo Javier Carreño, la pequeña Deva Carreño, Noemí Leal, Etelvina y Sara Braña Sirgo, David Braña y Xurde Carreño. | M. Á. G.

Por la izquierda, Begoña González, José Manuel Zapico, Esther Barbón, Arturo Javier Carreño, la pequeña Deva Carreño, Noemí Leal, Etelvina y Sara Braña Sirgo, David Andrés Braña y Xurde Carreño. | M. Á. G. / M. Á. G.

Una pancarta con la imagen de la histórica militante comunista y la frase "Gracies Anita por tu ejemplo de lucha y dignidad" encabezaba la manifestación. Detrás, numerosos ramos de flores, banderas y cerca de 2.000 personas. Y fue manifestación, como había pedido Sirgo, y no una marcha sin más, porque durante el recorrido se gritaron consignas sobre la lucha obrera.

En el recorrido hasta el pozo Fondón, se cantó la "Internacional" y "El pozo María Luisa", cuando ya asomaba la silueta de la emblemática explotación carbonera de Sama, que tan bien conoció Sirgo cuando en lo más crudo de la huelgona acudía junto a otras mujeres para echar maíz en el suelo, "para llamar gallinas a los esquiroles", según ella misma solía relatar.

La sirena de la mina

El "turullu" de la mina recibió la llegada del cortejo. Begoña González, coordinadora de IU de Sobrescobio, leyó una carta de una asociación vasca de memoria histórica que definió a Anita Sirgo como "testigo y protagonista de duros tiempos de lucha y resistencia". José Manuel Zapico hizo lo propio con otra misiva de Unai Sordo, secretario estatal de CC OO, que abogó por "contar en las aulas que en España hubo personas imprescindibles como Anita Sirgo, que lucharon por la libertad y la democracia".

Uno de los momentos más emotivos llegó cuando la pequeña Deva Carreño, bisnieta de Sirgo. tomó la palabra en nombre de la familia. "Nosotros, además de perder a la mujer luchadora y reivindicativa, perdemos a una madre, abuela y bisabuela que nos quería con locura. Estamos muy orgullosos de ti. Y como tú siempre decías: salud y república", leyó Carreño. Se hicieron sonar entonces los tacones de unos zapatos y madreñas contra el suelo como señal de homenaje.

El acto finalizó con la plantación de unas camelias en la explanada del pozo Fondón, el mismo lugar que Sirgo sembró de maíz hace sesenta años.

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