El semáforo es cosa de niños: así aprenden seguridad vial los "peques" de Mieres

Escolares del Liceo Mierense recibieron una clase de seguridad con sus bicis impartida por el policía local José Manuel Fanjul

Andrés Velasco

Andrés Velasco

Mateo, Paula, Lucas, Steisy, Pelayo, Cristina, Miguel o Catalina. Hoy tienen 5 y 6 años, pero serán los conductores del futuro. Todos serán peatones. Y además, unos recorrerán las ciudades en bicicleta, otros en patinete, otros en moto o coche. Pero todos han de aprender y respetar las normas de seguridad vial. Este viernes, estos alumnos y otros compañeros del último curso de Educación Infantil del colegio Liceo vivieron una actividad con sus bicis en el patio del centro impartida por el policía local José Manuel Fanjul. "Cuanto antes se empiece a inculcar la importancia de la seguridad vial, de aprender a circular y a respetar semáforos y señales, antes se reducirá el peligro de que sufran algún accidente", señalaba el agente, experto en educación vial.

Arriba, Fanjul explica el funcionamiento del semáforo. Sobre estas líneas, los pequeños realizan el circuito por el patio. | A. Velasco

Arriba, Fanjul explica el funcionamiento del semáforo. Sobre estas líneas, los pequeños realizan el circuito por el patio. | A. Velasco / Andrés Velasco

A primera hora de la mañana, llegaban en bici todos los peques al portón del colegio. Con casco. Primera norma cumplida. Que era un día especial lo reflejaban sus caras: amplias sonrisas. Pasado el mediodía, el agente Fanjul llegaba con su vehículo oficial y montaba el circuito en el patio del centro. Los pequeños no podían dejar de mirarlo con ansia de empezar. Les presentó al semáforo y un paso de peatones.

El semáforo es cosa de niños

El semáforo es cosa de niños / Andrés Velasco

Los pequeños comenzaron a circular de uno en uno, haciendo un sencillo ejercicio de parar con el semáforo rojo y amarillo, y continuar con el verde. Eso sí, los niños son el fiel reflejo de la vida real: algunos se lo saltaban, otros apuraban el amarillo para librar quedarse parados... Vamos, lo que vienen haciendo con frecuencia no parte de los adultos.

El agente-profesor Fanjul les quiso complicar el asunto con otros dos ejercicios algo más difíciles para la edad de los niños y niñas. Primero, les puso a circular de dos en dos, pero les estrechó el circuito en un punto para que aprendieran a respetarse y a pasar de uno en uno. La traca final fue cuando los escolares tuvieron que circular en ambos sentidos de la marcha. "La verdad es que estoy sorprendido, son niños muy pequeños y lo han hecho muy bien", afirmaba el agente. La libreta de las multas se quedó sin estrenar.

Suscríbete para seguir leyendo