San Fernando, el singular pozo "balanza" que refuerza la oferta turística de Aller

El concejo pacta con Hunosa trasladar maquinas y otros elementos de interés a la vieja mina, donde se han rehabilitado los edificios auxiliares

Vista de la explanada del pozo desde el mirador de la sala de máquinas, situada junto al castillete. | D. M.

Vista de la explanada del pozo desde el mirador de la sala de máquinas, situada junto al castillete. | D. M. / David Montañés

El pozo San Fernando recibirá en breve materiales y maquinaria del pozo Santiago para potenciar su imagen como espacio minero e incrementar así su singularidad turística. El Ayuntamiento de Aller y Hunosa acaban de firmar un convenio para trasladar desde las instalaciones de Caborana varias vagonetas, palas, elementos de lampistería y otros objetos de interés para dar contenido al proyecto de recuperación del pozo San Fernando, que se ha iniciado con la reciente recuperación de las edificaciones auxiliares, actuación que ha contado con un presupuesto de 200.000 euros.

Los edificios restaurados. | D. M.

Los edificios restaurados. | D. M. / David Montañés

"El pozo San Fernando debe convertirse en uno de los ejes tractores del plan de dinamización turística del concejo", señala el alcalde allerano, Juan Carlos Iglesias. El regidor destaca que, tras la mejora de las edificaciones, el Ayuntamiento invertirá próximamente otros 170.000 euros para mejorar el entorno de la vieja exploración ubicaba entre Orillés y El Casar. La intervención conllevará, entre otras actuaciones, la rehabilitación del área recreativa situada en las inmediaciones del equipamiento minero.

Además, el Ayuntamiento ha sellado un acuerdo con Hunosa para dotar al viejo pozo de una infraestructura que permita recrear un conjunto minero en actividad: "Se colocarán piezas y maquinaria en todo el entorno de la explotación para ambientar este espacio y realzar su valor como imagen de referencia industrial", apunta Juan Carlos Iglesias.

A nivel municipal se ha hecho una decidida apuesta por integrar el pozo San Fernando en la oferta turística del municipio. La vieja explotación es un elemento de alta singularidad, tanto por ser la única explotación de las cuencas asturianas que combina un pozo vertical y un plano inclinado como por estar enclavado en un espacio de media montaña. Pertenecía a los llamados "pozos balanza", en los que el carbón se extraía por la parte baja del valle y por contrapeso, en este caso concreto, a través del llamado Socavón Santa Ana. Las explotaciones que formaban el Grupo Santa Ana fueron adquiridas por la Sociedad Industrial Asturiana Santa Bárbara (SIA) en 1916 a la familia Gutiérrez.

El pozo San Fernando fue profundizado en 1942. Tiene 253 metros de profundidad y cuatro plantas. El castillete mide 15 metros de altura hasta el eje de poleas. Tanto el pozo como el socavón pasaron a integrarse en Hunosa en 1967. Las instalaciones se cerraron casi de inmediato, en 1968, por agotamiento del yacimiento.

Red de minas visitables

Una vez restaurado, el San Fernando se ha sumado a una serie de pozos mineros que han sido recuperados para su uso turístico. Es el caso de las instalaciones del Ecomuseo del Samuño, en Langreo, o del pozo Sotón, en San Martín del Rey Aurelio. También el Santa Bárbara, en Mieres, se utiliza ahora como gran espacio para la atracción de visitantes, pero en su caso, como centro cultural para exposiciones internacionales.

Los trabajos que concluyeron hace pocas semanas tenían como finalidad facilitar la visita de los edificios en condiciones de seguridad y salubridad. "La planta baja de la sala de máquinas cuenta con una cristalera de forma que ejerce como una especie de mirador sobre el entorno, potenciando también esta entrada de luz la sorprendente volumetría, con una altura libre en el centro de diez metros", apuntan los responsables del proyecto.

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