Trenes que no llegan, trayectos eternos y viajeros de autobús que se quedan en tierra: la quimera de la movilidad sostenible en el valle del Nalón

“Si esto pasase en la red de cercanías de Madrid o Barcelona, arde Troya; aquí ya ni protestamos”, se lamenta Javier Fernández, director del Museo del Ferrocarril

Un tren de la línea de Feve circula por El Entrego. | E. P.

Un tren de la línea de Feve circula por El Entrego. | E. P.

David Orihuela

David Orihuela

El último accidente mortal en el Corredor del Nalón, que ha obligado a tomar medidas urgentes, y los anuncios del Ministerio de Transportes (que asegura que el soterramiento de Langreo se acabará el año que viene y anuncia un nuevo corte en la línea de ancho métrico, la antigua Feve, entre Laviana y Gijón), han vuelto a poner de manifiesto los problemas de comunicaciones del valle del Nalón, que en los últimos años han convertido la movilidad sostenible, especialmente en la conexión con Gijón tanto en tren como por carretera, en una quimera. Los trayectos en ferrocarril se hacen eternos, los retrasos y suspensiones son habituales y, en ocasiones, los viajeros incluso se quedan en tierra porque los autobuses vienen llenos.

Las comparaciones son odiosas pero en ocasiones arrojan luz y explican cosas. Un vecino de Laviana que quiera llegar a Gijón puede optar por coger el tren y echarse una larga siesta. El viaje, en línea de ancho métrico, la antigua Feve, dura una hora y 31 munutos. En coche, desde la estación de Feve en Pola de Laviana hasta la de Sanz Crespo, en Gijón, se invierten 38 minutos. “Solo usa el tren quien tiene tiempo”, lo dice Javier Fernández, director del Museo del Ferrocarril, en Gijón. Fernández advirtió hace meses que las obras de renovación de la vía entre Gijón y Laviana, en las que se han invertido 50 millones de euros, “no son más que obras de mantenimiento, no van a mejorar el servicio”.

Así ha sido, sin tener en cuenta los meses que ha estado cortada la línea, que de nuevo volverá a cerrarse al tráfico ferroviario del 20 de mayo al 1 de julio, un “corte total ininterrumpido de la circulación”, como consta en los documentos de Adif, el administrador único de infraestructuras ferroviarias, para realizar obras de asentamiento de un talud. Para Javier Fernández “no se deben cerrar las líneas cuando hay obras, cuando se hizo el tercer carril de la autopista no se cerró la carretera”. Lo dice porque tiene muy claro que “el usuario que deja el tren ya no vuelve”.

Y cuando el tren funciona… los usuarios se desesperan. Plantarse en una estación de esa línea y esperar que llegue el tren en tiempo y forma es una ruleta rusa. Los usuarios denuncian constantemente suspensiones, retrasos y numerosas incidencias, desde estaciones tomadas por el botellón hasta broncas en los vagones sin ningún tipo de vigilancia. “Si esto pasase en la red de cercanías de Madrid o Barcelona, arde Troya”, asegura Javier Fernández, “el problema es que aquí ya ni protestamos”, se lamenta”. 

El tren es para viajeros sin horarios, no para trabajadores. Quien desde Laviana, San Martín del Rey Aurelio o Langreo quiera ir a trabajar o a estudiar a Gijón en la antigua Feve lo tiene francamente difícil y no solo por el tiempo que tardará en llegar, es que nadie le asegura que se cumplan los horarios. Desde El Entrego, Sama o La Felguera casi compensa más coger el tren de Renfe hasta Oviedo y hacer transbordo a Gijón. Un caso práctico, desde La Felguera a Gijón, el tren de Feve tarda entre 1.05 y 1.23 horas; en Renfe, con ese transbordo, hay trayectos de 1.07 y 1.12 horas. Cierto que hay viajes que se van hasta las casi dos horas pero la media es de hora y media, y lo más importante, el tren llega. La línea de Renfe entre Oviedo y El Entrego, funciona más o menos con normalidad. Puede haber retrasos de unos minutos o en casos puntuales tener que hacer el trayecto en autobús, puesto por Renfe, por la falta de maquinistas, algo que se ha dado en dos ocasiones en los últimos meses de 2023.

Autobús

Está la opción del autobús y ahí, el Valle del Nalón tampoco sale muy bien parado. En la última reunión de los cinco alcaldes de la comarca (Langreo, San Martín del Rey Aurelio, Laviana, Sobrescobio y Caso) con el consejero de Fomento del Principado, Alejandro Calvo, los alcaldes de Caso y Sobrescobio, Miguel Fernández y Marcelino Martínez, explicaban que a sus vecinos “no les queda otra” que coger el coche. Esos concejos solo tienen tres autobuses diarios, así que ”lo que tenemos que hacer, como poco, es ir en coche hasta Laviana y allí coger el tren o el bus a Oviedo o Gijón”, apunta el alcalde de Caso. Una práctica poco operativa ya que sería hacer la mitad del trayecto en coche y la otra mitad en transporte público, con las complicaciones que eso supone y la pérdida de tiempo.

Volviendo al transporte público por carretera. Vecinos y estudiantes de Langreo se han quejado de que tampoco se pueden fiar del autobús porque en muchas ocasiones la demanda es tan alta, especialmente a primera hora de la mañana, que el bus llega lleno a algunas paradas y ya no recoge más viajeros. El Alcalde, Roberto García, ha reclamado una solución al Principado. “Tenemos un grave problema de comunicación con Gijón. Por un lado, por el tema del soterramiento y, por el otro, porque la empresa de autobuses no cumple correctamente con el servicio porque muchos de los viajeros se quedan fuera", asegura el Alcalde. También hay quejas de usuarios por suspensiones, los domingos, del servicio que va por el alto de La Madera.

Así las cosas, el Corredor del Nalón, una de las vías más peligrosas de Asturias, soporta diariamente el paso de más de 20.000 vehículos. Como apunta el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Asturias, el Corredor del Nalón tiene una peculiaridad. En cierto modo es la “calle principal” de esa gran ciudad lineal que va desde Riaño hasta Pola de Laviana y, por otro lado, es la vía de salida del Valle hacia el resto de Asturias. Buena parte de esos trayectos se eliminarían “si la red de cercanías funcionase como un metro”, como subraya el director del Museo del Ferrocarril. En opinión de Javier Fernández “con una buena planificación, tendríamos un metro privilegiado”. Y concluye: "Tanto que se habla de movilidad sostenible, el tren es el medio de transporte del futuro, hablamos mucho de coches eléctricos y parece que no nos damos cuenta de que en 1924 ya andaban los trenes con electricidad”.

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