Las aguas bajan negras en el PSOE de Langreo

Las aguas bajan negras en el PSOE de Langreo, la tercera agrupación socialista de Asturias en número de afiliados, unos 420, tras Gijón y Oviedo. A la ruptura interna en dos bloques que por el momento parecen irreconciliables hay que sumar ahora la crisis generada por la "guerra del agua", un torrente que está arrastrando a cuatro de los siete concejales en el Ayuntamiento, que han sido expedientados por la gestora de la agrupación, liderada por la langreana Rita Camblor, a su vez secretaria de Organización de la FSA (Federación Socialista Asturiana). Su liderazgo para hacer frente a la crisis en del partido en el concejo está siendo puesto en duda por una parte de la militancia, descontenta con la "enconada" situación.

En pocas semanas –principios de abril– se termina el plazo de 90 días existente para convocar a la nueva Comisión Ejecutiva de la agrupación socialista de Langreo. Tal y como recoge una carta enviada por la gestora a los militantes, en esta votación se usará el censo de militantes del 1 de octubre de 2023. Hasta aquí, todo normal, ya que es lo establecido en los estatutos del partido (artículo 121.2). Sin embargo, el resquemor es grande en un sector de la militancia que considera que esta misma normativa no se aplicó en las asambleas que acabaron con la dimisión del anterior secretario general del PSOE en Langreo, Gregorio Lora. Según el reglamento del partido, "para el resto de asambleas, el censo oficial válido será el cerrado el cuatrimestre anterior a la convocatoria de la Asamblea" (artículo 121.3). De esta forma, en las asambleas previas a la dimisión de la directiva, en las que ganó el sector "crítico" a nivel local, se habrían llevado a cabo con la participación de militantes que no habrían tenido derecho a voto según los estatutos.

Esta situación no hace más que echar leña a un fuego que está más vivo que nunca. Con la militancia dividida, el trabajo que se lleva a cabo desde la gestora se pone en duda. Es más: hay afiliados que se preguntan por qué es necesario que al frente de esta gestora esté un alto cargo de la FSA, cuando no ocurrió lo mismo en otros procesos similares vividos recientemente en otras agrupaciones de las Cuencas, como las de Mieres y Lena.

La crisis interna en el PSOE de Langreo comenzó con la inesperada derrota electoral en las municipales del año pasado. La exalcaldesa Carmen Arbesú, ya como concejala en la oposición, dimitió de su cargo. Sus relaciones con la Comisión Ejecutiva local que lideraba Lora no eran las mejores. Este enfrentamiento acabó registrándose en las asambleas de militantes, donde los afines a Arbesú –los "críticos" a nivel local– mostraban su descontento con el trabajo de la Ejecutiva. En sucesivas votaciones estos "críticos" acabaron ganando la partida a la directiva local en unas polémicas votaciones. Gregorio Lora dimitió al día siguiente, 15 de diciembre de 2023.

Ante esta fuerte crisis interna, la FSA decidió que una gestora pilotase la nave del PSOE langreano hacia aguas más plácidas. Un golpe de timón que se vio afectado por la irrupción de una fuerte corriente, la denominada "guerra del agua", el proceso por el cual Confederación Hidrográfica del Cantábrico quiere reducir los derechos históricos del Ayuntamiento de Langreo en la captación de agua del Nalón. Una crisis que implicó a la anterior Alcaldesa, a la que el nuevo gobierno local (IU) acusó de conocer y permitir la situación. Arbesú salió a la palestra para defenderse, salpicando al que era y sigue siendo portavoz municipal, Francisco Torre. Torre, a su vez, salió a desmentir la versión de Arbesú, apoyado por tres ediles más: Melania Montes, Pamela Álvarez y José Luis García.

Los cuatro son, casualmente, los ediles a los que la gestora ha decidido expendientar.

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