8-M: Día de la Mujer // LAS ROMPETECHOS

Magdalena Cordero: la allerana que pintó de colores las reuniones de altos cargos del Tribunal de Cuentas Europeo

La asturiana, licenciada en Matemáticas, fue la primera mujer en llegar a ser directora informática en un organismo comunitario cuando llegó a Luxemburgo en 2008 y su desempeño laboral siempre la ha llevado a entornos muy masculinizados

Siendo una joven profesora escuchó a un alumno decir que "si él se casara no dejaría trabajar a su mujer"

Magdalena Cordero, ante la entrada del IES Valle de Aller de Moreda, del que fue alumna.

Magdalena Cordero, ante la entrada del IES Valle de Aller de Moreda, del que fue alumna. / A. Velasco

Andrés Velasco

Andrés Velasco

Las Rompetechos del 8M

Siempre hay una primera vez. Y en el caso de las mujeres pioneras en acceder a un cargo, ejercer un oficio, realizar una actividad o, en general, ocupar un espacio hasta entonces reservado a hombres, esa primera vez es muy importante. Porque abre puertas que nunca más se cerrarán a las que vengan después. Hasta el punto de creer que siempre estuvieron abiertas. Con motivo del 8 de marzo, Día de la Mujer, este periódico vuelve a recoger testimonios de más asturianas que rompieron algún techo de cristal.

A la vera de los dos castilletes que presiden hoy la entrada hacia el concejo de Aller nacía en 1961 Magdalena Cordero Valdavida. Allí, en Caborana, comenzaba sus estudios, que continuarían en el Instituto de Moreda. Aquella niña que con ocho años vio llegar al hombre a la Luna y que gracias a eso decidió estudiar Matemáticas, ha dedicado su vida al sector público "por vocación, como ella dice. Y en un sector eminentemente masculino se fue haciendo hueco hasta ser la primera mujer en convertirse en Directora de Información, Entorno de Trabajo e Innovación del Tribunal de Cuentas de la Unión Europea, entidad de la que se jubiló el pasado año. 

Desde su primer empleo como profesora, esta allerana fue rompiendo techos de cristal en un mundo de hombres. Y llevando el color a reuniones grises.

"Cuando el hombre llegó a la Luna se dijo que detrás de todo aquello estaba un matemático, y aunque no pude ser astronauta, me fui a hacer esos estudios a Madrid porque en Oviedo no lo había", explica. "Siempre estaré agradecida al compromiso de mis padres y hermanos; éramos una familia humilde y me apoyaron en la decisión de irme a estudiar fuera", agrega.

Tras terminar la carrera, en 1984, llegaba su primer trabajo. "Era el boom de las Tecnologías de la Información", rememora. Empezó como profesora en la Escuela de Ingenieros Industriales. Fue de las primeras en otro sector masculino casi al cien por cien. "Con 23 años, en el turno de la tarde, más de la mitad de la clase era mayor que yo", señala. Y además estaba en un entorno "abiertamente machista. Algún alumno me llegó a decir que si se casaba, no dejaría a su mujer trabajar", relata con la naturalidad de quien ha vivido el cambio de los tiempos de forma proactiva y que desde esos inicios se fue haciendo un hueco hasta llegar la cima.

Tras esa experiencia docente, que ya la puso en contexto y fue "una lección de lo que es ser mujer en un entorno de hombres", se fue al sector tecnológico. Y a lo público, porque siempre pensó que "si quieres cambiar el mundo se puede hacer desde lo público". El primer paso lo dio en el Instituto Nacional de Estadística. Allí se encontró con que en la base de la pirámide "había tantas mujeres como hombres", pero la cosa cambiaba al subir en el escalafón (ella llegó a ser jefa de área, de proyecto y de sección en distintos momentos). "Cuando ibas ascendiendo veías que iban disminuyendo muchísimo el número de mujeres". Hasta el día de hoy, cuenta, "ningún director general que haya salido de dentro de la propia institución ha sido una mujer, y estamos en 2024". "Me da muchísima pena", confiesa Magdalena Cordero.

Llegó el momento y dio el salto a Luxemburgo, donde trabajó en una empresa de transporte aéreo de Mercancías, otro sector "masculinizado". "Fue un hito cuando dos mujeres pilotaron solas un avión", apunta.

En 2008 llegó al Tribunal de Cuentas de la UE y allí pasaría los últimos quince años de su vida laboral. Llegaba, también, para marcar otro hito. "Me convertí en la primera mujer en llegar al rango de directora siendo responsable informática de una institución europea: ni en el Parlamento, ni en la Comisión, ni en el Consejo había habido aún ninguna mujer". 

Explica Magdalena Cordero que esa situación se dio desde su llegada: "Estabas en un dominio muy masculinizado, en un entorno muy masculinizado, porque tú puedes estar en Tecnologías de la Información en un hospital, donde hay más mujeres, pero no sucedía eso en el Tribunal de Cuentas de la UE".

Siempre notó sobre su persona miradas distintas. "No sé si es por ser mujer o porque era yo, pero sí las había", apunta. Y en esa situación, dice, "hay dos opciones: que te mimetices con el grupo mayoritario, vistas de negro y te pongas en medio de ellos y no seas visible; o la otra opción que es seguir siendo tú misma". Ella tomó la segunda vía. "A mi siempre me gustaron los colorines y demás sabía que eso iba a hacer que se me viera muchísimo en la foto. Tengo fotografías vestida de rosa en un entorno de trajes negros y grises rodeada de hombres".

Magdalena Cordero siempre fue una mujer valiente y pionera. Recuerda su primera reunión con el presidente del Tribunal de Cuentas cuando llegó como Directora de Información, Entorno de Trabajo e Innovación. "Quise saber qué quería de mí, porque era un perfil distinto a todo lo que había allí. A lo que él me respondió: ‘I want you to shake this organization’ –‘quiero que revuelvas esta organización’–". Algo que le dio alas para hacer las cosas a su manera. Que era "muy diferente a como lo hacían mis compañeros", apunta. "Pero aunque me viera a veces como la rara, también me sentía más segura de mí misma, de mis decisiones, y de cómo afrontaba y quería hacer las cosas", apunta esta allerana que hizo suya una frase de la primera Presidenta del Parlamento Europeo, Simone Viel. "Venía a decir que solo pedía poder seguir haciendo las cosas siendo mujer y que no tuviera que aceptar el papel de un hombre". Y se afianzó en esa máxima: "Siempre seguí con mis vestidos de colorines y a veces lo hacía a propósito porque había que hacerse ver y hacer notar que las mujeres estábamos ahí".

Tuvo otro hándicap frente a los hombres: ser madre. "Lo que hay que tener claro es que las súper mujeres y los súper hombres no existen, y lo que hay que hacer es organizarse y pedir ayuda", apunta.

Tras jubilarse el año pasado, Magdalena Cordero, que reside en Luxemburgo, sigue trabajando por las mujeres y para que haya más presencia femenina en el mundo de la tecnología. "Colaboro con una asociación en Luxemburgo que acerca a las mujeres a las áreas STEM (Science, Technology Engineering, Mathematics) y otra en España, Sedecia". Por el momento no tiene previsto volver a Asturias ni a España, más allá de los viajes que hace para visitar a familiares o colaborar con asociaciones. En Luxemburgo formó su vida. Pero desde Aller empezó a romper todos los techos de cristal.

Biografía

Magdalena Cordero Valdavida, allerana de nacimiento (Caborana) y antigua alumna del IES Valle de Aller.

Licenciada en Matemáticas por la Universidad Autónoma de Madrid (1984), habiendo  estudiado además en Georgetown University, SAS Institute, Banco de España, 

Universidad Complutense de Madrid, y la Escuela de Organización Industrial. 

Pertenece al Cuerpo de Estadísticos Facultativos y al Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información. Ha tenido becas de la Comisión Fulbright y de la 

American Statistical Association.

Ha sido profesora en la Escuela de Estadística;  también en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid. Ha pertenecido durante varios años al consejo de redacción de la Revista Estadística Española. Fue representante del Gobierno en el Comité Interterritorial de Estadística, en la Comisión Interministerial de Estadística,  perteneciendo además a la Comisión Ministerial de Informática.

En el Instituto Nacional de Estadística fue anteriormente Jefa de Área de Técnicas de Difusión Estadística, Jefa de Proyecto de Aplicaciones Informáticas, Jefa de Área de  Documentación e Investigación Informática, y Jefa de la Sección de Banco de Datos. 

Fue investigadora asociada en la Statistical Research Division del Bureau of the Census de Estados Unidos. 

Hasta su jubilación, el año pasado fue la Directora de Información, Entorno de Trabajo e Innovación del Tribunal de Cuentas de la Unión Europea 

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