Entrevista | José Ramón Fernández Autor del libro «¡Viva la libertad! Golpe de estado y represión»

José Ramón Fernández: "Casi todos los 1.384 fusilados en Oviedo eran trabajadores, los grandes olvidados"

"A menudo son los nietos de las víctimas quienes tienen inquietud por reivindicar y conocer lo que sucedió; ellos ya no tienen miedo"

José Ramón Fernández.

José Ramón Fernández.

José Ramón Fernández Castro acaba de publicar el libro "¡Viva la libertad! Golpe de estado y represión". Se trata de un trabajo que identifica y detalla el trágico desenlace de la vida de hasta 1.384 republicanos que fueron fusilados en Oviedo entre 1938 y 1952. El investigador, tras su paso por la Junta del Principado como diputado socialista, está actualmente al frente de la asociación de memoria histórica "Asturias". Natural de San Martín de Rey Aurelio, presenta el libro esta tarde en la Casa de Cultura de El Entrego. Será a partir de las seis de la tarde, con la participación del consejero Derechos Ciudadanos, Ovidio Zapico. –¿Lo que ha elaborado es un libro o un registro?–Es un recopilatorio de los datos personales y carcelarios de 1.384 represaliados que estuvieron en la cárcel de Oviedo y fueron luego fusilados tras ser sometidos a consejero de guerra. El trabajo recoge fechas del juicio, de la ejecución y del lugar de inhumación del cadáver. Un total de 1.044 de estas víctimas están en la fosa común del Salvador, en Oviedo.

–¿El libro tiene una finalidad más simbólica o práctica?

–Detrás hay un exhaustivo trabajo de investigación. El libro puede verse como una herramienta. Para empezar, busca hacer entender el alcance de la represión franquista en Asturias, pero también pretende ser un instrumento que facilite que muchas familias puedan saber con todo detalle y rigurosidad qué sucedió. Aún escuchamos con frecuencia eso de que "mi madre me dijo que mi abuelo murió en la guerra y no sabe dónde está". Este documento en una extensión del trabajo que realiza la asociación "Asturias", que busca informar, asesorar y acompañar a las familias de los asesinados, accediendo a fuentes de información y completando los datos que puedan faltar.

¿Qué nos podría decir de esos 1.384 fusilados en Oviedo a lo largo de tres lustros?

–Lo más relevante es que la inmensa mayoría eran trabajadores, muchos mineros de las cuencas del Caudal y del Nalón, pero también obreros de la zona centro de la región. Son por desgracia los grandes olvidados de la historia, ya que el relato de la guerra en Asturias se ha quedado reducido al frente de batalla y a la tarea de resistencia de unos pocos dirigentes republicanos

.–¿Se puede decir que hasta cierto punto han padecido un doble olvido? Primero el del relato de golpismo ganador y luego, sin pretenderlo, también de la izquierda.

–Se puede hablar de un doble agravio. Había muchos marxistas, comunistas y socialistas, pero insisto en que casi todos trabajadores. Todos fueron olvidados por el relato.

–¿Por qué nunca han sido resarcidos?

–Pues para empezar porque la guerra generó mucho miedo, un enorme terror en las familias de estas víctimas, que en su mayoría optaron por lo que se puede definir como un comprensible silencio de labios apretados. Hay que recordar que la represión comenzó de inmediato, en 1938, tras caer el Frente del Norte. Hubo detenciones masivas y sistemáticas en las filas de la República. La docilidad y el simplismo en que fuimos educados estuvo siempre cargado de culpabilidad y tristeza.

–¿Y ahora? ¿Hay otra mentalidad?

En muchos casos son los nietos de las víctimas los que están mostrando inquietud por reivindicar y conocer realmente lo que sucedió. Ellos ya no tienen miedo. El propósito de esta iniciativa, lejos de revivir el pasado, busca ofrecer herramientas que ayuden a interpretarlo, respondiendo a las preguntas desde el conocimiento, la reflexión y apelando al análisis crítico de los lectores.

–¿Hasta qué punto fue compleja la labor de recopilación de datos?

–El libro es el resultado de tres años de trabajo. Tuvimos acceso a los archivos carcelarios de cada una de las víctimas. Todo está perfectamente documentado. Cualquier familiar puede ahora cotejar la información en instituciones como el Archivo Histórico de Asturias o el Registro Civil de Oviedo.

–¿Pudieron acceder a más de una fuente?

–Durante el proceso de investigación pudimos verificar que la información de los archivos de la prisión coincidía con lo apuntado en los cuadernos del capellán del cementerio del Salvador. Los datos concuerdan. El religioso llevaba una correlación con todos los muertos, aunque sin especificar la causa de la muerte, pero sí la identidad, la procedencia y el destino del cadáver.

–¿Qué sensaciones espera que puedan surgir en los lectores?

–El mejor legado es que las generaciones jóvenes asienten valores democráticos, evitando la impunidad y el olvido de las víctimas. Es necesario dar visibilidad a la magnitud del derramamiento de sangre y al terror que generaron las fuerzas totalitarias franquistas y sus colaboradores internacionales, condenando así la violencia y la represión. Pero el objetivo último es dar apoyo a las familias de quienes sufrieron lo ocurrido en nuestro pasado reciente.

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