El descuartizador de La Felguera: policía, perros y drones buscan más restos de la víctima del crimen

El detenido por matar y trocear a su casero en Langreo comparecerá este martes ante el juez

Los investigadores citan a los vecinos para el día 1 para una rueda de reconocimiento

Un agente con un perro, a la entrada de la casa en la que convivían víctima y presunto asesino, y donde pudo producirse el crimen.

Un agente con un perro, a la entrada de la casa en la que convivían víctima y presunto asesino, y donde pudo producirse el crimen. / D. O.

D. Orihuela / L. M. D.

La Policía Nacional quiere dejar completamente "amarrada" la investigación sobre la muerte y el descuartizamiento de Santos Conrado, vecino de Langreo de 71 años, cuyos restos empezaron a encontrarse el viernes. Este lunes agentes, perros y drones buscan más partes del cuerpo de la víctima que pudieron ser desperdigadas por los alrededores del número 30 de la calle Joaquín Costa por el acusado, de 58 años, que mantenía una precaria convivencia como inquilino en una de las habitaciones del inmueble de Santos Conrado. El detenido, Javier R., pasará este martes a disposición judicial, casi agotando las 72 horas de prisión preventiva.

El acusado, con anorak marrón, el domingo por la mañana durante la reconstrucción.

El acusado, con anorak marrón, el domingo por la mañana durante la reconstrucción. / D. O.

Para esta vista ante el magistrado del Juzgado número 2 de Langreo los investigadores quieren dejar el caso prácticamente cerrado. En la mañana del domingo acudieron con el arrestado a la vivienda para intentar reconstruir lo ocurrido hace aproximadamente una semana -se piensa que en la madrugada del domingo 24 al lunes 25- cuando, según los indicios encontrados, Javier R., que lidia con problemas con las drogas desde hace muchos años y con dificultades para su movilidad -usa permanentemente muletas-, podría haber matado a Santos Conrado, de 71 años, también involucrado en el mundo de la droga y el "trapicheo", y que para caminar con soltura precisaba la ayuda de una máquina de oxígeno. El proceso para descuartizar el cadáver, por su parte, podría haberse alargado más días -no está claro-, jornadas durante las cuales el detenido podría haber repartido los restos del cuerpo por distintas ubicaciones del barrio. El acusado se mostró poco colaborador con la Policía durante la reconstrucción, incluso llegó a discutir con algunos de los agentes, negando acusaciones y callando otras. No en vano, este lunes prosigue la macabra búsqueda, para intentar hallar el máximo de partes posibles del cuerpo de la desgraciada víctima. Al menos las piernas, el torso y la cabeza ya han aparecido. Durante la mañana no se han hallado más restos, de momento.

Un agente de la Policía Científica, accediendo a la casa.

Un agente de la Policía Científica, accediendo a la casa. / D. O.

Esta búsqueda no es la única labor policial que se está desarrollando hoy, ni mucho menos. Un grupo de agentes recorrieron el barrio de Villar, donde residían víctima y acusado, para citarlos el próximo día 1 de abril para una rueda de reconocimiento. La intención es que el máximo de vecinos y potenciales testigos identifiquen al presunto autor del brutal crimen.

Agentes conversando con vecinos del barrio, a los que citan para una rueda de reconocimiento.

Agentes conversando con vecinos del barrio, a los que citan para una rueda de reconocimiento. / D. O.

Según testimonios de vecinos recabados por LA NUEVA ESPAÑA, el mismo lunes el acusado subía la cuesta hacia la vivienda con un carro de la compra y bolsas de basura azules. "Le pregunté por Santos y me dijo que se había ido al HUCA porque tenía problemas de corazón, luego me dijo que estaba en la cárcel", narra un vecino que no se creyó las explicaciones del hombre y llamó tanto al centro sanitario como a la prisión de Asturias. Santos Conrado no estaba en ninguno de los dos lugares. El hombre seguía sin aparecer por el barrio con sus perros, como hacía a diario. El jueves, a la una de la tarde, el inquilino volvió a aparecer en el entorno de la vivienda, de nuevo con el carrito y bolsas de basura. "Le volví a preguntar por Santos y me dijo que le habían secuestrado unos rusos", narra el vecino. En ese momento le amenazó con llamar a la Policía, pero no lo hizo.

El viernes por la mañana se confirmaron las sospechas. El dueño de la vivienda del número 15 de la Avenida de Gijón, cercana a la casa donde vivía Santos y su inquilino, salió a la huerta que hay en la trasera de su casa, en una cota bastante más baja que la de la vivienda del fallecido y su supuesto asesino. No lo sabía, pero estaba a punto de dar respuesta a la pregunta que sus vecinos llevaban haciéndose varios días: ¿qué había sido de Santos Conrado?

El hombre encontró una bolsa de basura que alguien había tirado a su parcela y al arrojarla fuera de su propiedad la bolsa quedó enganchada en unas zarzas y se rasgó: aparecieron las piernas de un hombre que habían sido cortadas a la altura de la rodilla. Eran las extremidades de Santos Conrado. En ese momento saltaron todas las alarmas. El hombre llamó inmediatamente a la Policía y la zona se llenó de agentes de la científica y la judicial.