Alberto Coto | Calculista langreano, acaba de obtener el premio «Gusi de la Paz» en Filipinas

"Las matemáticas dicen que uno de los dos equipos asturianos jugará el play-off"

"Mi padre me enseñó a calcular jugando al tute; si la asignatura es solo un pizarrón lleno de fórmulas y un examen a superar, es normal que no guste"

Alberto Coto, en un aula de la Universidad de Oviedo. | Luisma Murias

Alberto Coto, en un aula de la Universidad de Oviedo. | Luisma Murias

David Orihuela

El langreano Alberto Coto le cogió cariño a los números jugando al tute con su padre. Se le daba bien eso de cálculo mental y cuando estaba preparando oposiciones pensó que sería divertido presentarse al concurso televisivo "¿Qué apostamos?". Era 1998 y no le fue nada mal. Al año siguiente, también en televisión, obtuvo su primer récord Guinness. Hoy sólo él podría calcular los récords y premios que tiene, el último, el premio "Gusi de la Paz", otorgado por la Fundación Gusi, con sede en Manila (Filipinas), y que son considerados los "Nobel" de Asia. Le acaban de comunicar que lo ha ganado y lo recogerá el próximo noviembre.

–¿Qué supone este reconocimiento?

–Es un puntazo, una pasada. El año pasado estuve en Manila en la entrega de los premios "Gusi" y allí se anunció mi nominación para este año. Allí vi la dimensión que tienen estos premios. Aquí es muy desconocido pero en Asia estos premios son muy potentes, así que es muy, muy grato que me lo hayan concedido.

–Es un premio a la Paz

–Barry Gusi, actual presidente de la Fundación que concede los premios, es hijo del capitán Gemeniano Javier Gusi, héroe nacional de la Segunda Guerra Mundial, político y filántropo. Los premios llevan su nombre, "Gusi peace Price", y dentro de ellos hay varias secciones. Pueden concederse a un científico, a una persona más relacionada con el medio ambiente, o, como es mi caso, alguien relacionado con el mundo de la educación y las matemáticas.

–Ha llegado hasta aquí defendiendo la necesidad de ejercitar la mente, de hacer gimnasia mental.

–Yo soy muy estoico en mis principios filosóficos. En mi vida como calculista, detrás de todo esto lo que hay es autodisciplina y entrenamiento. Lo comparo con correr maratones. Para mí es una forma de vivir.

–En su plataforma de internet hay miles de niños de todo el mundo haciendo esa gimnasia mental.

–Lo que les propongo es entrenar diez minutos al día. Con esos diez minutos vas a mejorar, y, si mejoras, te lo vas a creer y perderás el miedo a los números y a las matemáticas. En la plataforma hay un niño de 9 años de Querétaro (México). Cuando empezó hizo cuatro tablas de multiplicar en 60 segundos; ahora, cinco meses después, está haciendo 89 tablas de multiplicar. Si miras sus estadísticas verás que solo entra en la plataforma seis o siete minutos al día, pero lo hace todos los días. Para ese niño, lo más importante no es calcular muy rápido, que lo es, sino que, entrando seis o siete minutos al día, ve que evoluciona, que puede hacerlo. Es mucho más importante eso, saber que puede llegar a hacerlo y ver que es bueno en ello. Hay que enfocarse en lo importante, en la autoestima, la inteligencia intrapersonal y la idea de que todos somos campeones.

–¿Cómo correr un maratón?

–Exactamente. Mi mejor marca está en 2,55 horas pero en el último que hice tarde 4 horas. Terminé superfeliz. Fue el 17 de diciembre en Chiang Mai (Tailandia), a las tres de la madrugada y con un calor horrible. Salí atrás del todo, de los últimos, junto a una señora que había adelgazado 30 kilos y se había fijado el reto de correr un maratón, y junto a un hombre que había superado un cáncer. Son ejemplos, son campeones.

–¿Este premio puede suponer una expansión para su plataforma en Asia?

–Puede ser, pero mi filosofía es ir paso a paso, partido a partido, kilómetro a kilómetro. Estoy convencido de que, con este premio, la plataforma puede tener una dimensión más grande, pero ya veremos.

–¿Hasta dónde quiere llegar paso a paso, kilómetro a kilómetro?

–Pues hasta donde la vida o diosito me quiera poner. Cuando batí el primer récord Guinness no tenía ni idea de adónde podría llegar.

–¿Las matemáticas pueden salvar vidas?

–Te pueden ayudar a tener una vida mejor. Las decisiones que se toman en la vida siempre tienen un constructo matemático.

–Su plataforma tiene mucha incidencia en Hispanoamérica, ¿cree que puede ayudar a los niños de familias con pocos recursos a tener una vida mejor?

–Tenemos algunos niños que, aun viviendo en una estructura social muy pobre, están destacando en cálculo en la plataforma, y eso les ha dado cierta proyección que, cuando la plataforma crezca más, podría suponer un acceso a becas o a ayudas de algún tipo. También hemos tenidos casos de niños muy tímidos e introvertidos que llegan a los primeros puestos de la plataforma, obtienen el reconocimiento del resto y les cambia la perspectiva.

–Se lo habrán preguntado en infinitas ocasiones pero ¿cómo se logra que a un niño le gusten las matemáticas?

–Lo primero que tiene que hacer es jugar. Mi padre, mi gran maestro, me enseñó a calcular jugando al tute. Si las matemáticas son un pizarrón lleno de fórmulas y un examen que superar, lo normal es que no gusten. Hay que ver los lados más amables; cuando veas que se puede jugar con los números, vas entrando en matemáticas más complejas.

–¿Cuántas horas dedica usted al día a hacer cálculos?

–No hago un entrenamiento específico de cálculo, pero voy caminando por la calle y voy jugando con las matrículas de los coches. Veo una fecha e inmediatamente calculo el día de la semana. Es mi forma de pensar, juego con los números. Me gusta el fútbol y ahora que se acerca el final de liga me gusta mirar las clasificaciones y estadísticas.

–¿Ya que lo dice, ve probabilidades matemáticas de que alguno de los dos equipos asturianos jueguen el play-off de ascenso a Primera?

–Tendría que salir bastante mal para que no entrase uno de los dos. Lo más probable es que entre uno, y por probabilidad sería el Oviedo, que lo tiene más fácil, pero puede ser uno de los dos.

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