Un policía fuera de servicio salva a una octogenaria de morir atragantada en un comercio de La Felguera: "No podía respirar, me alegro de haber podido ayudar"

El agente practicó a la mujer la maniobra de Heimlich y logró, al segundo intento, que expulsara el trozo de comida que le bloqueaba la garganta

El establecimiento en el que tuvieron lugar los hechos.

El establecimiento en el que tuvieron lugar los hechos. / M. Á. G.

Miguel Á. Gutiérrez

Tremendo susto en La Felguera que acabó con final feliz. Un agente de la Policía Nacional que se encontraba fuera de servicio salvó en la mañana de este martes la vida a una mujer de avanzada edad que se había atragantado con un canapé de hojaldre. El policía, adscrito a la Comisaría de Langreo-San Martín del Rey Aurelio, practicó a la mujer, octogenaria y que iba en silla de ruedas, la maniobra de Heimlich y logró, al segundo intento, que expulsara el trozo de comida que le bloqueaba la garganta y le impedía respirar. «Fue cuestión de segundos. Fue un susto grande porque la señora ya estaba blanca, pero afortunadamente todo ha salido bien», indicó el agente, que prefiere mantener el anonimato.

Los hechos tuvieron lugar a última hora de la mañana en un bazar de una conocida cadena, en el barrio de La Pomar, en pleno centro de La Felguera. La mujer comenzó a sentirse indispuesta al atragantarse cuando estaba comiendo un canapé de hojaldre. El agente, que se encontraba fuera de servicio haciendo compras, se acercó a tratar de prestar ayuda. «Vi a la hija que estaba gritando que su madre se moría, que no podía respirar, y a dos mujeres que trataban de ayudarlas». El policía, con formación en primeros auxilios, se ofreció a realizar a la mujer la maniobra de Heimlich, método consistente en realizar compresiones abdominales para desobstruir el conducto respiratorio cuando una persona se está ahogando.

«Según me contó su hija la mujer se atragantó con un saladito y al beber agua se había formado una pasta que le obstruía la garganta», relató el agente, que añadió que al encontrarse la víctima del atragantamiento en una silla de ruedas, la maniobra resultó más complicada. Al segundo intento, la mujer expulsó el trozo de comida y pudo respirar. «Es gratificante, me alegro de haber podido ayudar a alguien de esta manera porque la señora se había puesto blanca. La hija también lo pasó muy mal. Estaba muy nerviosa y me dio las gracias por haberlas ayudado». 

Alarma

El suceso causó una gran alarma entre los empleados y los clientes del establecimiento, ubicado en una zona semipeatonal del barrio de La Pomar, en pleno casco urbano de La Felguera. La mujer afectada fue atendida durante unos minutos en la calle por el equipo de la UVI-móvil desplazado hasta la zona. Los sanitarios también agradecieron al agente su intervención.