La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

A mi aire

Cosas de los tiempos

El rechazo a todo lo que lleve el apelativo de "real"

Corren tiempos en los que se está acentuando cada día más, un visible rechazo a todo lo que se relacione con la monarquía.

No tenemos falta de ir muy lejos, pues en Asturias la visita de la Guardia Real motivó quejas, aunque al final quedó demostrado que no llegaron a ningún sitio -salvo el revuelo inicial- y los actos programados llegaron con éxito a buen puerto.

Antes de seguir, dejar constancia que de monárquico uno tiene lo de chino mandarín, más bien todo lo contrario. Los que me conocen lo saben.

Pero se está rozando el ridículo por parte de quienes juraron, o prometieron la Constitución, que mientras esté vigente, nos guste, o no, la habrá que respetar.

Concatenado con todo ello, y para demostrar a los suyos que son los más gallos, surgen esperpentos de todo tipo, véase sino la supresión antiquísima de las reinas de América y Asturias en el desfile de Oviedo. Otra boutade del tripartito que cocinan Taboada y Rivi, y D. Wences traga sin rechistar.

A partir de ahora, ya metidos en la espiral de nombres que huelan monarquía, que vayan poniendo sus barbas a remojar, aunque sean republicanos hasta la médula, y no como tantos y tantos que presumen de ello, y luego tragan lo que les echen. Todo sea por los cargos.

Se me ocurren algunos de los que tendrán que cambiar su logo, publicidad, y rótulos: El Rey del Jamón, el de las tartas de Mondoñedo, el de las camas, el del sofá, el de los atunes, el de la rumba, el del mueble, el del mambo, la reina de corazones, y cientos de ellos más entre los que se podría incluir a infinidad de entidades deportivas a las que precede el "Real". También los vinos, pues muchos de ellos se denominan Conde de? igual les puede afectar.

Aunque si les cuento la verdad, a mi tan solo me interesan los de la baraja, que son los únicos que reconozco, así que dejando a un lado el perjuicio que le causaría su supresión a don Heraclio Fournier, me fastidiarían mi partida dominical en Cuturrasu con el amigo Modesto Cañibano, y por eso si que no voy a pasar. Coses de los tiempos, que en coincidencia con el aire de les castañes se acentúan más.

Compartir el artículo

stats