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A contracorriente

Han llegado las lluvias

El río Nalón vuelve a bajar lleno de agua, lleno de vida

No hubo rogativas, pero sí muchos deseos de que la lluvia hiciera su presencia cuanto antes. Las gentes del campo bien lo saben y en esa tardanza meteorológica sucedieron los terribles incendios suroccidentales con el apoyo de unas cálidas y extrañas temperaturas. Ahora, por fin, el tiempo otoñal se estabiliza, llega el agua bendita y los manantiales se nutren del líquido elemento con esos ríos cargados de sentido y sentimiento. El agua es vida y sin ella no somos nada en este planeta contaminado y turbulento.

El Nalón, el río ancho de Asturias, esa corriente acuática que vértebra la región, volvía por sus fueros con un caudal aceptable alejado del de las últimas semanas. Hay lluvia y esta realidad conlleva que la naturaleza se recomponga y genere mejores expectativas medioambientales. Se respira mejor, las praderías se encharcan, los arroyos reviven, la animaría se adapta mejor a su hábitat y el ambiente de altura sigue su caminar anual. No cabe duda de que el tiempo cotidiano se comporta frío y desapacible pero es verdad que estas precipitaciones resultan fundamentales y sanadoras para nuestra integridad. Pues bienvenidas estas aguas benéficas, tan útiles para este medio ambiente sacrificado y oscuro por ese cambio climático tan dañino y perturbador.

Las aguas ya descienden por esos cauces fluviales asturianos con estilo y garbo. Hay carga hídrica y la fuerza del agua marca perfectamente la estación otoñal donde nos encontramos. Lluvia, paraguas, chubasqueros, botas...es la danza de este tiempo de seronda que parecía olvidado con la sequía por montera y las castañas olvidadas en el farol de la memoria. Suerte para el campo asturiano y mucho refuerzo aguador en los hontanares del Principado. Y si el Nalón baja con sus aguas a cuestas es síntoma de que algo está cambiando y la vida natural vuelve hacia sí misma.

El gran cauce del Norte español, el viejo Melsos romano, domado en el alto Nalón, llevaba en su caudal esencias de vida, libertad y pasión hacia ese Cantábrico de gestas e historia en San Esteban de Bocamar, territorio angulero por antonomasia y arma capital de buen negocio pescadero. La lluvia está aquí entre nosotros. Toda una bendición y un salvoconducto emocional. ¡Bienvenida!

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