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Siete leguas

Mario Antuña

De palabras al trigo

Las buenas palabras, las generosas intenciones, los propósitos positivos deben ser los primeros pasos de hechos satisfactorios. Si así no fuese, habría una grave contradicción. La ministra de Transición Ecológica, en particular, y el Gobierno de Pedro Sánchez, en general, se afanan por equilibrar la llamada descarbonización -el fin de la quema de combustibles fósiles (carbón) y, en consecuencia, el cierre de las térmicas- con el grave daño que supondría a territorios mineros como las Cuencas y Asturias. No es tarea fácil. Las minas tienen que cerrar a finales de año, si la UE no cambia su orden. Para las térmicas hay más tiempo. Lo suyo sería alargar estos tiempos todo lo posible y acompasarlo con inversiones generadoras de empleo. Así lo prometen de palabra desde el Gobierno: "Se dilatarán en lo posible" los plazos dentro de la norma. Ése es el gran problema, la norma europea. Ahora los hechos deben dar el trigo que se predica.

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