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Ricardo Montoto

Dando la lata

Ricardo V. Montoto

Vuelve San Juan

Vuelve San Juan y con él los cielos encapotados y la lluvia persistente. A los forofos del cambio climático me los traía yo a Mieres por estas fechas.

Mi madre recuerda que en sus tiempos mozos también se aguardaba con ilusión la llegada de esta semana festiva, cuando muchas chicas aprovechaban para estrenar vestidos y una prenda inconcebible más hacia el Sur: el abrigo de verano. Pero sistemáticamente, cumplida la primera quincena de junio, los días más largos del año se oscurecían y se echaba a llover hasta bien entrado julio. Y recordemos que entonces, cuando llovía, las gotas de agua bajaban teñidas de carbón, lo que hacía la experiencia aún más entretenida.

Y seguimos igual, salvo por la lluvia tintada. Y los sanjuanes soleados se añoran como los derbis Oviedo - Sporting en primera y el Kiber en división de honor. O como cuando nadie se infartaba por la factura de la luz y los bancos tenían mucho personal, hacían algún obsequio ¡y hasta daban intereses!

Recuerdo que hace dos años los Desnortados del Carburniu resistimos en la terraza de Madalena el azote de un temporal de los que obligan a los barcos a buscar puerto seguro. Y cuando parecía que no podía llover más fuerte, lo hacía. De hecho, en un sexto piso estuvimos a mayor altura que los fuegos artificiales, empapados nada más despegar del suelo.

Pues vuelve nuestro tradicional San Juan de paraguas abiertos. Porque dicen los que saben de esto que se cuentan menos sanjuanes secos que faenas gloriosas de Curro Romero, que por lo visto fueron muy escasas.

Y ya que hablamos de San Juan, nuestro santo patrón, la observación del exterior la iglesia que lleva su nombre da pena y dolor. Que estemos un tanto decrépitos no quiere decir que lo exhibamos sin rubor. Un poquito de maquillaje anima el alma y agrada la vista.

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