Cuando en su momento se montó el tinglado de las 17 autonomías, los asturianos quedamos decepcionados, ya que nos incluyeron en el furgón de cola. Utilizando un símil futbolero, el equivalente a la tercera división. Todo ello consecuencia de los trapicheos de la política, amén de la incompetencia de los que por entonces nos gobernaban. Esto último es un decir (lo de “gobernar”).
Nuestros diputados y senadores en Madrid, generalmente han sido un cero a la izquierda, limitando su trabajo a apretar el “botonín” que su partido les impone, e incluso en algunos casos asistir con mandato desde Asturias y votar lo contrario por indicación “superior”. Siendo contraproducente para nuestros intereses.
Ahora mismo están casi todos poco menos que desaparecidos, acomodados en el “sí bwana” , que suele ser lo más rentable en el plano personal.
El Gobierno sigue utilizando un vergonzoso doble rasero, para contentar a las primeras del ranking –Cataluña y País Vasco– que siempre se llevan la mayoría de la tarta, pese a su desapego, y hasta odio, a todo lo que huela a España, e incluso tienen la poca vergüenza de no asistir al acto de reconocimiento a los sanitarios fallecidos por covid celebrado estos días atrás en Madrid. El Gobierno central ya dice sin pudor que Cataluña va a recibir un trato “singular” en todos los aspectos, con lo cual ya dejan claro que todo ello irá en detrimento de otras, la nuestra como claro ejemplo. Por lo tanto mucho nos tememos que de los Nuevos Fondos Europeos nos van a tocar les migayines.
Asturias se merece mucho más, debiendo alzar su voz para no seguir permanentemente instalada en el continuo agravio comparativo que secularmente llevamos padeciendo en relación a otras Comunidades.
Se necesita un urgente cambio de pilas de todos nuestros representantes en Madrid, pero más los del mismo color gubernamental. También un fuerte golpe sobre la mesa, pues el que calla obviamente otorga.