El 28 de octubre de 1967, un joven profesor de historia, David Ruiz, presentaba en el Aula Magna de la Universidad de Oviedo su tesis doctoral bajo el título “El movimiento obrero en Asturias. De la industrialización a la II República”. Tanto las crónicas de la época, como alguno de sus discípulos más distinguidos, Ramón García Piñeiro, y el propio profesor, ante quien suscribe el presente artículo, subrayaba que el mayor impacto de aquella jornada de una cierta tensión e incertidumbre académica, fue la presencia abrumadora y un tanto anómala de un nutrido grupo de mineros y metalúrgicos, principalmente de las cuencas mineras, en un medio que, por entonces, casi tenían vedados.
A David Ruiz que, por entonces aún no militaba en el PCE, le llamó la atención que entre su público estaban los hijos y los nietos de quienes protagonizaban el guion principal de su disertación, participando y animando una tesis que, posteriormente, se transformaría en un libro publicado inicialmente por la denominada Asociación “Amigos de Asturias” y que pasó a formar parte del incipiente movimiento sociocultural de la época.
En efecto, muchos años después, el propio David Ruiz en el que posiblemente fue su último artículo publicado (“Amigos de Mieres, principal foco asturiano de la cultura antifranquista”, en Asociación Amigos de Mieres, 50 años de historia; Mieres, 2019), recordaba que, cuando él publicó su tesis doctoral, “Amigos de Mieres ya iba camino de convertirse en la única asociación cuyas actividades eran objeto de vigilancia policial. Motivaciones no le faltaban a los funcionarios de la misma: cuando apenas había transcurrido el primer año de su puesta en marcha, en abril de 1969, la Policía descubre que el número de socios ascendía nada menos que a 2.125. Nunca después de la Guerra Civil se había registrado tan insólita presencia de socios en una entidad cultural asturiana”.
En ese mismo artículo, David recordaba que por esas fechas se había logrado la consolidación de las Comisiones Obreras, sociopolíticas ellas entonces, una fuerza de tal calibre que el penúltimo gobierno de Franco las considerará el principal enemigo del régimen, por encima de todos los partidos políticos.
Cuando en 2002, otro joven historiador, Rubén Vega, se pone al frente de un equipo de investigadores de la historia de las huelgas del 62 en Asturias y su repercusión nacional e internacional, de nuevo los mineros aparecen en la historia del movimiento obrero a través de una serie de hombres y mujeres que inician su gesta en la primavera de 1962 en un pozo mítico como es Nicolasa, precisamente el único pozo de España que aún sigue extrayendo carbón.
Gesta que no sólo consiguió movilizar, en plena dictadura, las cuencas mineras de España, sino a una parte muy importante de trabajadores de la industria y el metal y que se puede ver en el magnífico documental de la Fundación Juan Muñiz Zapico editado en 2012 bajo el título “Hay una luz en Asturias….testigos de las huelgas de 1962”.
Precisamente en 2012 tuvo lugar un importante acontecimiento en el renombrado Pozu Nicolasa, en el que, con la participación del alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez y los secretarios generales confederales de UGT y CC OO del momento, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, descubrieron un monolito conmemorativo de las luchas de los mineros asturianos en defensa de los intereses de los trabajadores más desfavorecidos.
Creo que, bajo estas premisas, a nadie puede extrañar la iniciativa de la Fundación Juan Muñiz Zapico que, en colaboración con el Ayuntamiento de Mieres y la Asociación Amigos de Mieres, hayan programado una serie de actos, para el conjunto de la región, bajo la denominación “Homenaje en Mieres al Movimiento Obrero Asturiano”.
Dichos actos comienzan este miércoles 15 de junio en el Instituto Bernaldo de Quirós de Mieres, con la participación de destacados profesores de historia contemporánea, compañeros y discípulos del catedrático de historia contemporánea David Ruiz, fallecido hace poco más de tres meses, los que junto a la Fundación Juan Muñiz Zapico de CC OO de Asturias, la Asociación Amigo de Mieres y el Ayuntamiento de Mieres les quieren rendir un merecido homenaje con la colaboración inestimable de la familia de David.
Al día siguiente, 16 de junio, en el mismo escenario se presenta la tercera reedición del libro “Las huelgas de 1962 en Asturias”, bajo la coordinación de Rubén Vega que participará en una mesa redonda junto a dos profesores de León y Galicia que colaboraron en otro proyecto más ambicioso como fue la edición del libro “Las huelgas de 1962 en España y su repercusión internacional”. Este acto se complementará con una exposición de un cómic sobre la huelgona, cuyo autor es Ángel de la Calle y la proyección del cortometraje “A golpe de tacón”
Todo ello tendrá su colofón el 16 de septiembre, donde los organizadores pretendemos centrar nuestra actividad en la explanada del Pozu Nicolasa con una ofrenda floral en el monolito erigido en pro del movimiento obrero de 1962, con la intervención del alcalde de Mieres, el secretario general Confederal de CC OO y la presencia e intervención de participantes en la huelga, así como de actuaciones musicales.
En definitiva, las entidades organizadoras pretendemos lo que el gran escritor catalán Manuel Vázquez Montalbán nos recordaba en la primera edición del libro sobre las huelgas de 1962: La Asturias del siglo XXI puede cometer el error de autodesconocerse, porque las huelgas ya no son lo que eran y los desarmes industriales se realizan en nombre de algo tan abstracto como la globalización y de algo tan concreto como el mercado. Arrinconada la minería, Asturias Patria Querida es un himno legal, con un anillo y una fecha por dentro y sin embargo (gracias a estas iniciativas) habrá memoria de lo que fue uno de los empeños más emotivos y racionales de la clase obrera española.
