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José Manuel Ibáñez

Desamor

A diez meses de la elecciones autonómicas y municipales en Asturias, y unos meses más de las nacionales, llegan las clásicas rupturas "sentimentales" y profundo desamor entre loa que hasta ahora habían convivido, pero maquillando sus desavenencias en aras de seguir en la pomada del poder, algo esto último que une mucho, pues no en vano lleva acompañado multitud de prebendas a las que les costó mucho llegar, y habrá que conservarlo al precio que sea.

Ejemplo preclaro lo tenemos con el gobierno central y sus socios de gobernanza, esos que no iban a dejar conciliar el sueño al Presidente. En los últimos tiempos cada cual marca su espacio y líneas rojas tomando fuerza los desencuentros, con lo que resulta imposible seguir disimulando el evidente divorcio entre ambos, aunque estos días en el debate del Estado de la Nación vuelvan a hacerse carantoñas. Y algunos planes para poder ir tirando malamente, con el añadido de que este matrimonio de conveniencia tiene divididos y enfadados a los seguidores de uno y otro bando.

Llega por lo tanto el momento de ir marcando territorio y volver a los orígenes de cada cual, tarea que no les va a resultar fácil después del apaño "matrimonial".

Por Asturias en plano general no estamos libres de los efectos del desamor, así que la cercanía de las citas electorales ya pone nerviosos a todos los partidos políticos, notándose que la precampaña ya llegó para todos ellos.

Con inicio de postulaciones y movimientos subterráneos, amén de codazos para ir tomando posiciones que les lleven a conseguir puestos cimeros con derecho a chollu. Y los que antes eran muy amigos, e incluso compartían decisiones de calado se tiran los trastos, renegando de muchas de ellas.

Lo que antes era bueno de repente no sirve, se ponen pegas a todo, y los días de vino y de rosas son pasado a olvidar. Si ya resulta difícil que los matrimonios normales duren en estos tiempos, los contra natura nacen ya con fecha de caducidad, así que les llegó la previsible época del desamor. No falla.

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