A contracorriente

Acto vandálico

La agresión a las esculturas de Nolo y Demetria en Pola de Laviana

Carlos Cuesta

Carlos Cuesta

Las bellas esculturas de los protagonistas palaciovaldesanos de "La aldea perdida", Nolo y Demetria, que presiden la plaza mayor de Pola, han sido mancilladas por personas demoniacas y cargadas de mal. El palo en bronce del intrépido Nolo fue cortado de cuajo y roto el anclaje de la estructura metálica. Perversión y maledicencia, sólo por el hecho de hacer daño.

Existe rabia e impotencia en toda la población local, especialmente en los miembros de "La Pegarata", por el hecho de que, tras años de esfuerzo, entusiasmo y trabajo cultural, un grupo escultórico de talla artística inigualable, obra del genial Simón Martínez, se observa afectado por las manos de gentuza descontrolada y dañina. Un hecho lamentable y bárbaro. La denuncia está presentada en el destacamento de la Guardia Civil por "La Pegarata" y el Ayuntamiento de Laviana, y las pesquisas siguen su curso para que los culpables paguen por esa acción delictiva y gratuita.

Un acto vandálico inexplicable y preñado de premeditación y alevosía. ¿Dónde estamos?, ¿qué nos ocurre para ir en busca del mal con una pasión desenfrenada?, ¿todo vale? Ya no hay respeto por nada ni por nadie, hay excesiva permisividad en una sociedad bastante enferma y poco solidaria. Educación, respeto y buenas enseñanzas para la vida social son realidades que ya no importan y están pasadas de moda. Y de aquellos polvos estos lodos…

Nolo y Demetria me consta que están apesadumbrados y tristes por esa acción lamentable y drástica. Viven sin vivir ante acciones bárbaras y nada ejemplares. La incultura brilla a lo grande en un concejo que siempre presumió de avanzado y progresista. Nada de nada. La barbarie se está apoderando de nuestros sentimientos, y el mal momento de un país perdido en su limbo está influyendo en las comunidades locales. El bastón de bronce roto de cuajo por manos traidoras y nefastas es todo un ejemplo de una situación popular anómala y castigada por un desempleo imparable con una juventud preparada, pero hastiada de incomprensión y mala praxis.

Las orientaciones de los progenitores son débiles en muchos casos, la formación académica falla con estrépito y los gestores políticos cada vez ejercen menos el pensamiento racional y se refugian en el palabrero fácil y en llenarse los bolsillos para sus intereses, dejando al pueblo llano sometido a un chantaje incomprensible. Y los actos diabólicos campan a sus anchas por la epidermis malsana de una sociedad que vive de espaldas a la realidad. Para algunos estas palabras pueden parecer exageradas, pero a buen seguro que la mayoría de la gente con la mente bien ajustada me dará la razón. Respeto, educación, formación, trabajo y solidaridad emocional. Palabras básicas para conformarse como personas y alcanzar una sociedad de altura de miras. El palo de bronce de Nolo pide a gritos justicia.

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