La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

ARTE

Ritos de paso para la juventud

La Sala Borrón acoge la propuesta de Dela Delos sobre “lo cuqui”

La obra "Pretty moist shelter / Caverna".

Sigue siendo la Sala Borrón de Oviedo, en sus más de treinta años de funcionamiento, dentro del programa Culturaquí del Instituto Asturiano de la Juventud, el principal espacio de promoción de los artistas jóvenes locales, menores de 35 años, entre otras buenas razones por su estricta profesionalidad: primero, de los técnicos de la administración que la llevan, encabezados durante todo este tiempo por María José Baragaño, que ha dedicado su vida a ello; después, de los jurados, integrados siempre por buenos conocedores del arte contemporáneo que, con su trabajo continuado, ayudan a fijar una serie de nombres a los que prestar atención, con la garantía de que merecerá la pena. Es una oportunidad y una exigencia a la vez, y el filtro más importante, que es cierto que no siempre cuenta con las ayudas a la producción necesarias, pero que bien aprovechado puede servir para madurar, terminar de asimilar la formación recibida e iniciar una carrera artística plagada de dificultades de la que, en ocasiones, es posible vivir, aunque en condiciones por lo general precarias.

Un grupo de tres piezas de Dela Delos.

Lo mismo puede decirse de la Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias (MAPPA), que es el otro mecanismo de selección puesto en marcha por Juventud. El hecho de tener que enfrentarse a un reto de prestigio, acompañados además por un comisario y un equipo de montaje en una sala bien acondicionada, suele acabar cristalizando, la mayoría de las veces, en un diseño expositivo potente, que se refuerza cuando la propuesta es individual. Es lo que sucedió por ejemplo con la exposición en abril de Ana Pérez Valdés, en la que la artista, nacida en Tineo en 1985, amplió su “laboratorio de cuerpos”, con el que aúna diseño de moda, dibujo, pintura y cine, en piezas textiles, maniquíes viscerales o vídeos desmaterializados que son a un tiempo vanitas y metamorfosis, como pantallas fantasmales en las que proyectar un juego lúgubre. Son formas de habitar la piel que, menos perfeccionadas, ya mostró anteriormente y que la acercan cada vez más al trabajo de su comisaria, la también artista María Castellanos Vicente, que asimismo pasó por la Sala Borrón y comparte similar formación en la Universidad de Vigo, donde Ana Pérez Valdés todavía es doctoranda en el programa de Investigación y Creación en Arte Contemporáneo en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra.

Detalle de la obra "Piscina / Estante".

La transición también es patente en la artista que protagoniza la actual exposición en Borrón, Alicia de la Fuente de los Ángeles, más conocida como Dela Delos (Oviedo, 1992), graduada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca y Máster de Producción Artística Interdisciplinar por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Málaga, donde está afincada y realiza el doctorado en Estudios Avanzados en Artes y Humanidades. Se trata, como se ve, de artistas bien formadas que estudian y trabajan fuera. Creadora de juguetes artísticos con su marca en desarrollo “Babalufis”, Dela Delos usa el humor como herramienta crítica indispensable para construir narraciones sobre pulsiones instintivas de lo social en esta modernidad líquida en la que nos movemos. Desde un prisma aparentemente banal, emplea peluches como sátira de las relaciones sociales y para cuestionar la absurda obsesión de este siglo por estetizarlo todo, hasta lo más abyecto, en aplicaciones móviles como Instagram. También habla de los ideales de representación, la configuración de la identidad sexual o las confluencias contemporáneas entre el mundo infantil, el adolescente y el adulto, así como de la teatralidad y la identificación irracional con los objetos.

Detalle de la obra "Cielo / Andamio".

Un ejemplo es el gran elefante blanco, aquí semiescondido entre columnas, con el que ya participó el año pasado en la 30 Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias bajo la apariencia de un osito y que representa, a escala humana, a un ser inadaptado, tierno y patético a la vez, cariñoso y entrañable pero incapaz de estar a la altura de lo que se espera de él. A Dela Delos siempre le ha interesado la brecha generacional, la decepción o el cumplimiento de las expectativas puestas sobre nuestras espaldas y los ritos de paso a la madurez, que autores como Simon May han conceptualizado en el término de “lo cuqui”, con la infancia convertida en espacio sagrado, un lugar de regresión al que se tiende a volver, en una querencia “baldía”, como bien señala la comisaria, María Terrón Caracuel. Esta sacralización de la niñez lleva a la sobreprotección de los adultos, expresada por la artista ovetense en parques infantiles acolchados que son recintos casi religiosos, con velas encendidas y panecillos mediasnoches como ofrenda a lo más alto. Una manera de conjurar accidentes que en definitiva se muestra tan ineficaz como la predicción del futuro, invocada en ese juego del Tarot que alfombra la entrada de la sala. Las luces de colores intensifican el efecto brillante, entre iniciático y lisérgico, de estas piezas nuevas, que han sido posibles gracias a una residencia en Laboral Centro de Arte de Gijón, ese otro lugar de paso al que deberían acceder los jóvenes artistas asturianos para perfeccionarse y desarrollar todo lo que puedan dar de sí.

A pretty moist shelter. Ofrenda, merienda y olor a pies

Dela Delos

Sala Borrón, calle General Yagüe 3, Oviedo. Hasta el 4 de junio.

Compartir el artículo

stats