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David Peace, regreso al “hard-boiled”

El escritor británico culmina con “Tokio Redux” la trilogía dedicada al Japón de posguerra

Reino Unido ha sido la cuna del género policial en su versión detectivesca, con sir Arthur Conan Doyle y su Sherlock Holmes como pioneros y a Agatha Christie y sus Hércules Poirot y Miss Marple como arquetipos. Sin embargo, con el paso de los años, los escritores ingleses han basculado a la variante norteamericana del “hard-boiled”, creado por Dashiell Hammett, Raymond Chandler o Jim Thompson. De esta forma, Ian Rankin, Val McDermid o Allan Parks han seguido esa senda, con James Ellroy con faro guía.

En este grupo podemos englobar también a David Peace (Osset, 1967), que se estrenó con “1974”, la primera entrega de su tetralogía “El Cuarteto de Red Riding”, a la que siguieron “1977”, “1980” y “1983”, donde novelaba la vida y los crímenes de Peter Sutcliffe, el asesino en serie que mantuvo en jaque a la policía y a la población de Yorkshire con trece asesinatos conocidos. En estas obras, Peace desplegó su estilo lacónico, sin descripciones, que son sustituidas por pocos y significativos detalles, para que el lector construya la imagen de personajes y ambientes, y los defina a través de los diálogos. Todo ello envuelto en una crueldad extrema, a imitación del Marqués de Sade o “Los cantos de Maldoror” del Conde de Lautréamont, en una Inglaterra asfixiante, oscura, lluviosa, desesperada y desesperante, donde se va a mover el destripador de Yorkshire y sus víctimas. Después vendría su impresionante “GB84” (Hoja de Lata, 2018), donde en 688 paginas nos narró la épica de los mineros en los pozos de Kent, Lancashire, Yorkshire y Leicestershire contra las medidas ultraliberales de Margaret Thatcher. Obra de la que el gran crítico cultural Terry Eagleton diría: “Peace ha convertido la épica de la gran huelga minera en un apasionante ‘thriller’, sin detrimento del realismo documental”.

David Peace fue estudiante en Manchester, profesor de inglés en Estambul y actualmente se encuentra con su familia en Japón. De ahí que naciera su trilogía dedicada al Japón de posguerra. La primera de la serie fue “Tokio, año cero”, donde nos noveló la historia de Yoshio Kodaira, un soldado condecorado en la II Guerra Mundial que regresaba del frente para convertirse en un asesino en serie que se acercaba a sus víctimas con promesas de trabajo. Y nos presentó al inspector Minami, como el investigador que se sumerge en la mente del asesino hasta cazarlo. La segunda sería “Tokio. Ciudad ocupada”, donde novela un incidente el 26 de enero de 1948, en una sucursal del Teeikoku-Ginko, cuando un supuesto funcionario del departamento de salud se dirigió de urgencia a los empleados y clientes del banco porque deberían tomar un antídoto para eludir el brote de disentería que se había declarado. El antídoto era veneno y doce personas murieron y cuatro quedaron inconscientes. De esa forma pudo robar el banco sin oposición.

Ahora, Peace culmina la trilogía con “Tokio Redux”. En ella, parte de un hecho que conmocionó a la sociedad japonesa en el verano de 1949, la misteriosa desaparición y posterior muerte de Sadanori Shimoyama, presidente de la Empresa Nacional de Ferrocarriles. Las sospechas recayeron en militantes del Partido Comunista y del Sindicato Nacional del Transporte, por las amenazas constates ante el posible despido de cien mil trabajadores. Esto y su repercusión en la sociedad japonesa será novelado por Peace en tres momentos históricos. El primero, en los días posteriores a encontrar el cuerpo de Sadanori, donde la dirección de la policía encarga la investigación al detective Harry Sweenie, un tipo mal hablado, obsesionado con su trabajo, que fuma en demasía y siempre porta sombrero. El segundo será en 1964, cuando el país prepara los Juegos Olímpicos. En ese instante, al expolicía Hideki Murota, reconvertido en detective privado en su agencia Investigaciones Kanda, le encargan localizar a Roman Kuroka, un escritor obsesionado con el misterio de la muerte de Sadanori.

El tercer momento será en el otoño de 1988, cuando Hirohito agoniza y un famoso traductor norteamericano recibe la visita de un compatriota que le pide información sobre los lejanos días en los que un joven Reichenbach trabajaba para el contraespionaje americano en Japón y todo le llevará de nuevo a Sadanori. Tres momentos y tres tipos que Peace coloca en situaciones límite, cuando todo se derrumba a su alrededor.

Tokio Redux

David Peace

Traducción de Ignacio Gómez Calvo 

Hoja de Lata 452 páginas

24,90 euros

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