Entrevista

Manuel Vilas, escritor: "Los lectores somos muy voyeurs"

El escritor ganó el Premio Nadal 2023 con su novela 'Nosotros'

El escritor Manuel Vilas

El escritor Manuel Vilas / XAVIER TORRES-BACCHETTA

Cristina Martínez

-De nuevo el amor…

-Pues sí. Otra vez este tema porque importa mucho, está ahí desde siempre. Es un tema fundamental en la identidad humana, en la especie, y seguimos explorando qué es eso del amor, ese misterio, que continúa siendo un enigma. Se seguirá hablando del amor hasta que haya un salto evolutivo y el hombre consiga otra forma de encontrar un sentido a la vida, de encontrar su plenitud. Pero no he elegido el tema. Un escritor, por lo menos yo, no elige el tema, es simplemente que uno observa qué hay en la vida, qué es lo que obsesiona a los seres humanos y qué determina su existencia, y hay dos cosas: el amor y la muerte. Luego cada un lo gestiona de una manera determinada.

-¿Con una novela de amor nos identificamos todos?

-Yo creo que sí. Los lectores somos muy voyeurs. Tú ves ahí la intimidad de los personajes porque en el fondo una novela de amor es conocer la intimidad de unos seres humanos, sus fantasías, sus deseos más escondidos, y eso algo va a tener que ver con los tuyos también. El enamoramiento, el deseo, la construcción de un amor, de una pareja, la vida en común, la lucha contra la soledad... Detrás del tema del amor está la soledad porque no hemos conseguido convivir con la soledad y necesitamos a los otros. A no ser que la elijas con todos sus horrores y todos sus placeres. La gente necesita un nosotros, necesita construir una pluralidad, una pareja, una familia, un grupo de amigos. Las personas necesitan un primera persona del plural.

-"Nosotros, que nos queremos tanto, debemos separarnos, no me preguntes más…" aparece al principio de su libro. ¿Los Panchos inspiraron de verdad su novela?

-Es un bolero desgarrador, porque está ahí la utopía amorosa: encontrar el misterio de la vida a través del amor. En la novela está la idea de que en el amor tiene que haber placer, es un descubrimiento que va haciendo Irene en la novela hasta que se da cuenta de que si en el amor no hay placer no hay nada. Pero el placer no está muy bien visto en la sociedad. Los componentes morales admitidos en el amor son la lealtad, la confianza, el respeto, la complicidad, ser dos nóminas para pagar una hipoteca… la idea de placer no está en esos valores. Yo creo que las parejas se rompen porque deja de haber placer, en sus diferentes posibilidades. Y no se verbaliza, es curioso porque nos sigue dando miedo.

-Para hablar de este tema ha puesto como protagonista a una mujer.

-Sí, ya estaba harto de hombres y me parecía un desafío literario. Yo creo que hay muchos escritores que tienen una parte femenina. A veces esta radicalidad en la división de sexos no sé si biológicamente es real porque creo que hay hombres que tienen partes femeninas en su sensibilidad. Desde Madame Bovary de Flaubert, hay una tradición de escritores que desean conocer en profundidad el alma femenina. Eso es legítimo y también es bueno. Igual que hay escritoras que pueden crear personajes masculinos.

-La historia trata sobre la vida de una pareja perfecta, con su propio mundo, que se desmorona cuando él fallece y ella tiene que buscar cómo vivir en una realidad que le era ajena. Dice que la novela es una fantasía literaria, ¿eso es porque ese amor tan idealizado y perfecto no existe?

-Bueno, la novela tiene un giro de guion brutal, lo que aparentemente pasa acaba convertido en otra cosa. Cuando empecé tenía la idea de contar una historia de amor perfecto. Pero poco a poco se va agrietando. En su matrimonio todo parece perfecto, hacen el amor todos los días durante 20 años, pero luego vas leyendo la novela y te das cuenta de lo que pasa. Y eso hace sentir incómodo al lector. Lo que creo que existe es una defensa de lo que uno ha conseguido. La perfección no existe, pero la gente cree que lo que ha conseguido es lo mejor. Y mucha gente cree que su relación de pareja es perfecta porque lo quiere creer, es como una fe. La novela te coloca en un espejo para que el lector piense cómo es su relación de pareja.

-Irene encuentra una manera de seguir compartiendo su vida con él porque no puede soportar su pérdida. No sé si estamos preparados para la vida y el amor, pero ¿estamos preparados para afrontar la muerte?

-Esa manera de seguir con su marido es acostarse con un hombre y cuando tiene el orgasmo ve a Marcelo. Y no, no estamos preparados para la muerte. Yo creo que seguimos leyendo novelas porque no hay hipocresía, seguimos con la literatura y el cine para encontrar la realidad, las cosas cercanas a cómo pueden ser. No va a salir el presidente del Gobierno hablando del amor y la muerte.

-El amor saca lo mejor y lo peor del ser humano. En los jóvenes se convierte en un auténtico drama, ahora que lamentablemente se incrementan los suicidios en esa franja de edad.

-Porque hay una mala educación. Se tiene que tratar en los institutos. No hay educación para la salud mental y para gestionar la vida. Les enseñas un montón de cosas pero no les generas armas para gestionar un desengaño. Una cosa que es una trivialidad. Se da importancia en esa edad a algo que cuando crezcas te das cuenta de que no lo es. También es importante desmontar los celos que es algo necesario para acabar con este machismo que todavía hay. Eso hay que hacerlo en los institutos para que salgan ciudadanos que sean capaces de gestionar sus sentimientos. Con la muerte pasa igual. ¿Dónde está dicho que todos tenemos que recordar al que se ha muerto con tristeza y lágrimas? También se puede bailar delante de un cadáver de alguien que has querido, como ocurrió esta semana con un hombre que bailó delante de la caja de su mujer. Son supersticiones.

-En sus libros siempre hay algo autobiográfico. ¿En este también?

-No, en este no. Bueno, le he dado a Irene mi obsesión por los relojes...

-Fue finalista del Planeta con Alegría y ahora ha ganado el Premio Nadal. ¿Hay un antes y un después de un galardón como este?

-Es una alegría y un responsabilidad también. El día que te lo dan estás feliz, pero el día que sale la novela te das cuenta de que tienes que convencer a los lectores. Aunque lleva ya tres ediciones y que alguien se lea una novela tuya es ya un éxito. Yo como lector si no me gusta una novela pues la dejo. El triunfo es mantener la atención del lector durante las 320 páginas que dura la historia. Ese es nuestro trabajo de escritores.

-Ordesa, Alegría, Los besos y Nosotros. Por qué una sola palabra para sus títulos?

-Es una búsqueda de una palabra que sea un poco talismán, que simbolice la novela, y también es un poco de humildad. En una palabra caben muchas cosas. Hay títulos tan largos que luego el lector tiene problemas para recordarlos. Es un poco de humildad y de cortesía con el lector.

-¿Ha pensado en el de la próxima?

-No, cuando tengo el título tengo ya mucho avanzado. El ordenador siempre esta ahí abierto, pero…

-Ya es un experto en las Veladas Literarias Maestral. Estuvo con Besos y ahora, este viernes, lo hará con Nosotros. ¿Qué es lo que más le gustó de esta experiencia?

-Lo que más me gusta es la celebración de la amistad en dos ámbitos, el gastronómico y el literario. Es como una celebración de la vida. Una buena comida, unos buenos vinos y una buena novela. Esto es todo. No hay mucho más en la vida.