Crítica de 'Pared con pared': una comedia amable con una Aitana que derrocha luz, carisma y encanto

'Pared con pared' muestra sus códigos desde el minuto uno, con orgullo. Es una comedia romántica amable, con un tono de cuento de hadas a lo 'Amélie' (2001), con la estética de la comedia romántica de plataforma (el festival de colores, los apartamentos imposibles, las ciudades idílicas, las neveras SMEG), sin ningún miedo a lo cursi y, suponemos que porque parte importante del fandom de su protagonista son niñas y niños, deliberadamente infantil. La propuesta es esa. Ni es para todos los gustos ni se esfuerza demasiado en ser la mejor de su especie, ni siquiera en distinguirse de la mayoría más allá de por estar protagonizada por la cantante Aitana, pero no engaña a nadie. Y, en ese terreno, es efectiva.

Remake de 'Tras la pared', una película francesa de 2015, es la historia de dos vecinos (Aitana y Fernando Guallar), una pianista y un creador de juguetes, que están separados por una pared insonorizada, no se han visto nunca en persona y están condenados a odiarse y, poco a poco, a gustarse.

El desarrollo es previsible y los diálogos, por esa apuesta descarada por lo ingenuo y lo pueril, no pocas veces sonrojantes. Pero su premisa tiene encanto, la dirección de Patricia Font ('El maestro que prometió el mar') es más que correcta y Aitana sostiene la película entera sin aparente dificultad. En su debut en el largometraje, funciona como actriz de comedia y derrocha luz, carisma y encanto.